Puente Cau-Cau
Felicito al ministro de Obras Públicas por la sólida decisión de bajar de forma provisoria los brazos del puente Cau-Cau, para poder hacer uso de este viaducto mientras se encuentra la solución definitiva.
Era una medida que veníamos demandando por meses y debió cambiar el gobierno para que ésta pudiera ponerse en marcha.
No hay que olvidar que esto es un parche mientras se encuentra el remedio definitivo, entretanto esto no deslinda que es imperativo determinar responsabilidades para llegar a buen puerto en materia judicial.
Bernardo Berger Diputado de la República
Más allá de los sellos
El miércoles 27 de junio se cumplió un año de la entrada en vigencia de una de las normativas más innovadoras y más controvertidas de nuestro país: la Ley 20.606, más conocida como la "Ley de los sellos negros". Ese mismo día, este año entró en vigencia la segunda parte esta regulación.
Esta ley cambió el panorama alimenticio de los consumidores y de la industria.
Una encuesta presentada poco antes de la entrada en vigencia de esta segunda parte, mostró que los consumidores al menos se fijan y, en el mejor de los casos, escogen sus alimentos de acuerdo a la cantidad de sellos o sus mensajes presentes en un producto. Este es un punto a favor de la educación al paciente y al consumidor.
Sin embargo, es importante seguir educando a la población para que pueda distinguir los buenos de los malos alimentos por sus características y no sólo por la presencia o ausencia de sellos.
Por ejemplo, una bebida gaseosa con azúcar de tipo cola que indefectiblemente debe llevar el sello "alto en azúcar" y una bebida gaseosa sin azúcar de tipo cola no lleva sellos. A la luz de esta ley, esta última bebida sería un mejor alimento al no tener sellos y, por tanto, "más sana". Este ejemplo es considerado un gran acierto de la industria de alimentos, que ha creado un producto un producto libre de sellos que en realidad es una muy buena mezcla de edulcorantes y colorantes con agua carbonatada.
Esto ocurre con cereales para el desayuno, galletas, alimentos para niños, sucedáneos y muchos otros que pese a ser libres de sellos, por su formulación están lejos de calificar como un alimento "sano".
Gonzalo Costa Luengo Escuela de Nutrición U. Finis Terrae
Mundial y migración
En la Copa Mundial de Fútbol que se disputa en Rusia cada selección representa a un país, paraliza a sus ciudadanos cuando juega algún partido. El fútbol permite apreciar las expresiones de pertenencia nacional de manera muy clara y evidente, hasta el punto de ser hoy en día una de las manifestaciones de nacionalismo más visibles. Pero paralelamente, se puede observar que muchas de las naciones europeas cuentan con selecciones con diversidad racial.
Esta transformación no es sólo deportiva, sino que responde a cambios importantes que se han dado en la estructura de la población de los distintos países en las últimas décadas: la llegada a Europa de habitantes de las antiguas colonias del Viejo Continente. El resultado son sociedades multiformes, una tendencia que se mantendrá.
Paralelamente a la cita deportiva, se realizó una cumbre en Bruselas sobre el tema de la migración, donde existieron progresos hacia un acuerdo, aunque los jefes de gobierno no han sido particularmente efusivos: fue "un buen paso adelante", dijo el español Pedro Sánchez; Angela Merkel enfatizó que "no se puede dejar solos a los países de entrada porque eso significaría que tienen que resolver todos los problemas por su cuenta"; el belga Charles Michel precisó que seguirán trabajando para tener "medidas realmente operacionales" en los próximos días.
A este ambiente de apertura y satisfacción relativa, es necesario considerar dos aspectos menos felices. El primero, es que sigue habiendo una peligrosa inmigración desde África, a través de botes que cruzan el Mediterráneo en condiciones de seguridad lamentables y con escasa humanidad. Segundo, se negaron a participar en esta cumbre cuatro países: Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia, que alegan que la Unión Europea no puede imponer criterios de migración a los estados miembros.
Es evidente que Europa se juega cuestiones que van desde su identidad y el respeto de los derechos humanos hasta la forma de entender la democracia y la integración cultural. Se trata de temas que generan controversia y reviven fantasmas del pasado, que llevan a temer la resurrección del racismo, la xenofobia y la intolerancia. En materia política, permite la articulación de discursos que mezclan un nacionalismo que tiene mucho de visceral con problemas que efectivamente afectan a las sociedades que han recibido contingentes amplios de población migrante.
La integración no es algo que se pueda dar de un día para otro. Requiere una adecuada formación cultural de los pueblos, una pedagogía cívica muy clara, pero también el desarrollo democrático de las propias sociedades europeas.
Alejandro San Francisco Director Instituto de Historia, USS