Jefe de tribunal interviene en batalla judicial y mantiene a Lula en prisión
BRASIL. Un inédito forcejeo judicial mantuvo ayer en vilo su posible liberación.
El ex Presidente brasileño Lula da Silva deberá permanecer preso, cumpliendo su pena de 12 años y un mes por corrupción, determinó ayer nel presidente de un tribunal de apelaciones de Brasil, después de la confusión generada por las órdenes y contraórdenes para la liberación del ex Mandatario por parte de diversos funcionarios judiciales.
"Determino el retorno de los autos al gabinete del juez João Pedro Gebran Neto, así como la manutención de la decisión proferida por él" de que Lula siga en la cárcel, señaló Carlos Eduardo Thompson Flores, el presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), de Porto, tribunal que ratificó la condena en primera instancia de Lula en enero.
Flores respondió así una acción presentada por el Ministerio Público Federal contra la decisión del juez de guardia Rogerio Favreto, quien ayer ordenó la libertad del líder del Partido de los Trabajadores (PT). Lula, de 72 años, se encuentra encarcelado desde el 7 de abril para cumplir una pena de 12 años y 1 mes de prisión corrupción pasiva y lavado de dinero.
No obstante, la decisión de Favreto fue revocada por el magistrado João Gebran Neto, instructor del caso Lava Jato en segunda instancia y quien, en otro auto, ordenó a la Policía mantener a Lula en prisión.
A pesar de la decisión de Gebran Neto, uno de los tres jueces de la Octava Sala del TRF-4 que condenó este año a Lula en segunda instancia, Favreto insistió y ordenó de nuevo la excarcelación inmediata del líder del PT.
Favreto citó la precandidatura de Lula a las elecciones presidenciales de octubre como un hecho "nuevo" que debe ser tomado en consideración, a pesar de que, según la ley electoral, se encuentra virtualmente inhabilitado debido a la condena en segunda instancia. Las decisiones antagónicas dejaron a la Policía Federal de Curitiba, capital del estado de Paraná, atada para proceder sobre Lula.
La presidenta de la Suprema Corte de Brasil, Carmen Lucia Antunes, salió al paso tras la batalla judicial iniciada ayer por la liberación del ex Presidente y aseguró que la Justicia es "impersonal" y sus "ritos" deben ser "respetados". Sin citar hechos concretos, Antunes resaltó que la democracia brasileña es "segura" y que los órganos judiciales de cada región deben "actuar para garantizar que la respuesta judicial sea ofrecida con "rapidez" y sin quebrar "la jerarquía".