Trece casos de cólera, siete de ellos confirmados por el Instituto de Salud Pública (ISP), fueron informados en la Región Metropolitana. No hay reportes en otras zonas del país por ahora, pero es importante que en todas las regiones se activen las alertas, que las personas se informen y se tomen adecuadas medidas de prevención. Más aún considerando la cercanía de Fiestas Patrias, días que implican alta movilidad de población entre ciudades y mucho relajo en cuanto a cuidado en la ingesta de alimentos.
El cólera es una enfermedad seria. Se trata de una infección diarreica aguda, causada por la bacteria Vibrio cholerae, que puede causar deshidratación y, sin tratamiento adecuado, ser incluso mortal en sus casos más graves. Por lo mismo, es mejor tomar precauciones, las cuales están relacionadas principalmente con la higiene, según recomienda el ministerio de Salud (www.minsal.cl): beber siempre agua potable; lavar bien las manos con agua y jabón al manipular y preparar alimentos, antes de comer y después de ir al baño o mudar lactantes; mantener baños y cocinas limpios; desinfectar mesones y cubiertas donde se preparan alimentos; mantener alimentos refrigerados y el refrigerador limpio.
También se enfatiza en no consumir mayonesa casera y comer los alimentos bien cocidos, especialmente carnes, pollo, huevos, pescados y mariscos; lo mismo que las frutas, verduras y hortalizas que crecen a ras de suelo.
Son acciones sencillas, que todas las personas pueden realizar y que pueden contribuir a evitar que los casos se multipliquen. Desde Los Ríos es importante, sobre todo, enfatizar en no consumir productos del mar crudos, práctica que tiende a extenderse, peligrosamente. También es preciso recordar que los recintos donde se vende alimentos deben contar con la debida supervisión y autorización sanitaria.
La idea es estar atentos a una situación que -reiteramos- hoy se concentra en Santiago; pero podría llegar a otras zonas, si no hay un control adecuado. No olvidemos que Chile es un país libre de cólera, pero que en 1991 hubo una epidemia. Desde entonces, se mantiene una vigilancia permanente, que ha dado resultados gracias -entre otros factores- a la contribución comunitaria, desde todos los territorios.