Chile cuenta con la tecnología para evitar emergencias ambientales como la ocurrida en Quintero, Puchuncaví y Ventanas. Así lo afirmó Marcela Ruiz, bióloga marina por la Universidad Austral de Chile, magíster en Gestión Estratégica y Evaluación de Proyectos y gerente de Desarrollo e Innovación de Clean Energy ESB, una empresa chilena liderada por mujeres que genera soluciones ambientales de captura de gases contaminantes.

El piloto de la empresa -cuya fundadora es Andrea Irarrázaval- se desarrolla justamente en esa zona "ambientalmente deprimida". En Ventanas, se prueba dentro de una termoeléctrica si esta idea de biorefinería, en base a microalgas, es factible de implementar en la industria termoeléctrica. También se prueba en otras, como la del cemento y petróleo.

Tecnología

¿En qué consiste? Marcela Ruiz explicó que el objetivo de la iniciativa es mitigar los gases en la atmósfera de aquellas zonas que están ambientalmente saturadas o ambientalmente deprimidas. Para ello, Andrea Irarrázaval investigó qué tecnologías o elementos absorbían gases. El resultado fue que uno de los sistemas biológicos que mejor funcionan para ese fin son las microalgas.

Luego -detalló- "se creó una tecnología que consiste en que estas microalgas se disponen en paneles verticales, al aire libre. Estos se construyen como plantas modulares. Trabajamos con microalgas nativas de los lugares donde se emplazan los proyectos, se aíslan, se cultivan y en este proceso reciben los gases a través de difusores, también reciben la luz solar del ambiente y hacen fotosíntesis".

"Después, generan biomasa. Descubrimos hace un tiempo que con ésta, además, podemos hacer subproductos. Por lo tanto, tenemos dos líneas de trabajo: capturar los gases para descontaminar y hacer subproductos a partir de la biomasa, como biogás, biodiesel o biofertilizante", agregó Ruiz.

Esta solución ambiental, patentada en 38 países, permite reducir cualquier fuente de emisión fija de gases contaminantes, por ejemplo de efecto invernadero (GEIs) como el CO2 o también compuestos orgánicos persistentes (COPs).

En el ámbito de desarrollo y la innovación, la empresa está abriendo una nueva línea de investigación, cuya finalidad es probar que esta tecnología con microalgas puede ser utilizada para limpiar aguas, por ejemplo en relaves mineros.

"Estamos comenzando algunos proyectos en Estados Unidos, vinculados al tratamiento, principalmente, de aguas dulces, sistemas lacustres contaminados", precisó.

En relación a la región de Los Ríos, indicó que existen empresas que podrían ser intervenidas con esta tecnología. "Está probado que también funciona en las celulosas, entonces por ejemplo nosotros podríamos hacer tratamiento para la celulosa que está en la región o en cualquier otra empresa que tenga una fuente fija de emisiones al medio ambiente".

"Nadie asume costos"

Marcela Ruiz planteó que para masificar el uso de esta tecnología falta la voluntad de las empresas. "Nos hemos acercado a empresas que tienen emisión de CO2 y de otros gases, que se encuentran principalmente en la región de Valparaíso, donde hoy está ocurriendo la emergencia, pero no hemos logrado escalar la tecnología para tener una planta de tratamiento", declaró.

Subrayó que nadie quiere asumir los costos de instalación y operación, pese a que -aseguró- es un proyecto que tiene retorno de inversión.

Frente a ese escenario, la científica afirmó que Chile, a través de su política ambiental y de la toma de conciencia de las empresas, debe avanzar en elevar el estándar de cumplimiento de la norma actual, "que probablemente es bastante permisiva", sostuvo. Pero también -añadió- con la generación de ciencia y tecnología existente en el país debería ser, al menos, líder en Latinoamérica en desarrollar e implementar soluciones ambientales.

"Estos gases son un acelerador del cambio climático y, en la práctica, las empresas no están innovando en tecnología ni siendo responsables con las comunidades aledañas donde se emplazan los proyectos ni con el medioambiente, tampoco con el planeta, porque los impactos son sinérgicos", expuso y añadió que "el problema que tiene hoy a personas intoxicadas , se ha repetido en varias ocasiones, desde 1964; sin embargo, una vez finalizada la emergencia todo sigue igual".

Indicó que de la crisis Chile tiene que levantar una oportunidad de estar a la vanguardia en esta materia. "Frente a un daño ambiental, cerrar la empresa es una solución parche, hay que adoptar soluciones reales. Lo que nosotros generamos en Clean Energy ESB es una solución y me imagino que hay muchas propuestas de otras personas que están trabajando en crear nuevas tecnologías y las empresas tienen que asociarse a estos grupos y asumir el costo".

Entre las próximas dos semanas, la empresa Clean Energy ESB presentará el proyecto de solución ambiental en el Congreso. Ruiz contó que están en conversaciones con algunos parlamentarios para dar a conocer la tecnología y proponer soluciones a mediano y largo plazo.

"También, estamos intentando reunirnos con la ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt y esperando que se concreten algunas conversaciones con las personas responsables de la toma de decisiones en estas grandes empresa", dijo.