Valeria Barahona / Agencias
Los expresidentes brasileños Luiz Inácio "Lula" da Silva, encarcelado desde abril; y Dilma Rousseff, destituida en 2016, serán enjuiciados por asociación ilícita en un caso de corrupción, informaron fuentes oficiales del país liderado actualmente por Michel Temer -quien asumió el cargo tras la salida de la exmandataria, y a la espera del traspaso de mando a Jair Bolsonaro.
El juez Vallisney Oliveira, de Brasilia, aceptó esta semana la denuncia formulada por la Fiscalía contra los exmandatarios en un proceso que afecta a antiguos dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), relacionado con la corrupción destapada al interior de la petrolera estatal, Petrobras.
El magistrado de primera instancia también aceptó los mismos cargos contra los exministros Antonio Palocci y Guido Mantega, junto al extesorero del PT, Joao Vaccari Neto.
La denuncia, presentada en septiembre del año pasado por el entonces fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, produjo una investigación para confirmar si el PT creó una organización criminal para desviar dinero desde la empresa estatal.
"organización criminal"
De acuerdo con la acusación, y con base en "pruebas documentales", los investigados integraban "hasta el año de 2016" una "organización criminal" como miembros del partido entonces oficialista, desde donde habrían cometido "diversos delitos contra la administración pública", entre ellos corrupción y lavado de dinero, según detalló el juez.
La denuncia consideró entonces que los dirigentes del PT recibieron en aquella época alrededor de US$ 387 millones, mediante sobornos procedentes de las arcas públicas.
Múltiples casos
"Lula", quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, cumple desde el pasado 7 de abril una condena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, sentencia de otro proceso penal, también ligado a los desvíos que ocurrieron en la firma petrolera.
El exmandatario, quien lidera desde prisión la formación progresista -inclusive aconsejando al ahora excandidato a la Presidencia, Fernando Haddad, tras no haber podido presentar la propia-, mantiene abiertos otros procesos legales por asuntos de corrupción.
Rousseff, que ya había sido salpicada por el escándalo, fue jefa de Estado entre 2011 y 2016, año en que fue destituida por el Congreso brasileño por irregularidades en el manejo de los presupuestos.
El escándalo en Petrobras, el mayor caso de corrupción de la historia de Brasil destapado hace más de cuatro años, ha enviado a prisión a importantes políticos y empresarios, rozando inclusive a Temer.
"Persecución política"
El Partido de los Trabajadores (PT) acusó "persecución política" tras la nueva orden del poder judicial contra los exmandatarios "Lula" da Silva y Dilma Russeff, "que no se sostiene en hechos ni pruebas", según una publicación en su página web. Los magistrados, a juicio de la organización, "cometen, en colusión organizada y jerarquizada, un crimen contra la democracia, contra el derecho de libre organización política" al "perseguir" a los actuales líderes opositores, en "complicidad de la Red Globo y de los grandes medios" de comunicación del país, señalaron.