Daniel Navarrete Alvear
La fundación Centro Integral Familia Niño (Cifan) logró reconstruir las instalaciones que en julio de 2015 fueron destruidas por un incendio.
Donde antes funcionaba la residencia de menores y había oficinas administrativas, una pequeña biblioteca y lugares de ensayos para niños y jóvenes músicos, ahora se emplaza una moderna sala con acondicionamiento acústico especial. También, nuevas dependencias en el segundo piso. Todo, sobre una superficie de aproximadamente 120 metros cuadrados.
El edificio fue ideado por el arquitecto Francisco Biskupovic y tuvo un costo de $164 millones, aportados por la Universidad San Sebastián, el Obispado de Valdivia (del cual depende Cifan), la Municipalidad de Valdivia y una familia benefactora.
La renovada estructura comenzó a funcionar internamente en julio, para clases de música y actividades artísticas; y se espera que en marzo del próximo año abra sus puertas a la comunidad en general.
De momento, la intervención presenta un 90% de avance y solamente falta la habilitación técnica (sillas, focos, sistema audiovisual, etc.) para su inauguración oficial. Esto tendría un costo estimado de $25 millones, los que están en proceso de gestión. De esta forma, habrá capacidad para recibir al menos a 80 espectadores sentados, en el primer nivel; y al menos otros diez en el segundo, donde hay una sala cuyas ventanas plegables la vuelven un palco.
Los cambios
El Cifan funciona en calle Ramón Tapia sin número, en la Población Yáñez Zavala, y los avances de su infraestructura responden al ritmo de crecimiento del sector. Al menos así lo cree Cecilia Monrroy, directora ejecutiva de la institución.
"Claramente, el incendio nos abrió la gran posibilidad de plantear una presencia distinta, donde este lugar no solamente sea para la música, sino que también para el arte en general. A nuestro alrededor han habido múltiples avances y debemos trabajar acorde a ello", explica.
Con el nuevo edificio en funcionamiento, que también considera parte de su antejardín techado, la meta es volver a Cifan un centro cultural, ampliando con ello su programación. Por ejemplo, existen vínculos con el Centro de Promoción Cinematográfica de Valdivia, para usar el lugar como sala audiovisual.
Asimismo, se abre la posibilidad de elaborar proyectos que permitan traer itinerancias de montajes de teatro o danza especialmente, a la sala.
Todo esto se pondrá en marcha a la par de una planificación mayor y mucho más ambiciosa: remodelar la casa completa, es decir, que la parte que se salvó del incendio, quede en las mismas condiciones de modernidad que el sector abierto el primer semestre.
La mirada está puesta entonces en los 250 metros cuadrados restantes, cuya transformación tendría un costo aproximado de $400 millones. De momento, la obra se proyecta para 2021 y consideraría, por ejemplo, la habilitación de un pasillo más iluminado, a través de cuyas ventanas se pueda ver la calle, exponiéndose con ello las actividades interiores a los transeúntes.
Con música
Actualmente, en Cifan trabajan 14 profesionales de la música, que son los responsables de guiar la instrucción de niños de entre 8 a 15 años de edad. La orquesta la integran 67 intérpretes, que dirige el maestro Pablo Matamala y, dependiendo de la ocasión, en escena pueden llegar a ser cerca de 80, gracias a la integración de quienes han sido parte de las generaciones anteriores y de los propios instructores.
Los miembros del elenco se iniciaron en la música el año pasado y en lo que va corrido de 2018, y contar con dependencias renovadas ha permitido además desarrollar otras formas de trabajo.
"Hay un buen equilibrio entre principiantes y avanzados y nos hemos encargado de reforzar la formación, con nuevas metodologías. Por ejemplo, ahora trabajan por grupo y no de manera individual, que era más académica. Eso ha servido para mejorar la integración y para maximizar las horas que los niños vienen a Cifan. De esta manera, hemos logrado abordar de buena forma temas como la deserción de los niños, ya que antes pasaba mucho más tiempo antes de que pudieran integrar la orquesta. Ahora, las expectativas son más altas, ya que inmediatamente entran tocando como grupo", explica Antoine Leuridan, coordinador de la orquesta.
Además de repertorio sinfónico, en la orquesta se han creado ensambles de cuerdas, viento y flauta. Sin embargo, la meta es hacer del proceso algo mucho más integral y por ello es que hay planes de incorporar la danza al trabajo de entendimiento e interpretación de la música. Esto se discutiría en marzo. "En general, queremos que la orquesta y la música sean un momento inolvidable en la vida de los niños", dice Leuridan.
Compromisos
Gracias a las actuales salas más amplias y mejor acondicionadas, es que recientemente la artista visual Danesa Fuentealba pudo realizar el taller "Yo y mi entorno". Ello, permitió que 15 niños pudieran conocer el Museo de Arte Contemporáneo (y la muestra "Werken") y elaboraran sus propias obras. La experiencia fue financiada por la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Entre los próximos compromisos de la orquesta se cuentan un ensayo tutti, abierto a las familias de los niños el 14 de diciembre. Un día después partirán a tocar a Puerto Varas, en un concierto de Navidad.
En Valdivia, las últimas presentaciones gratuitas del año serán el jueves 20 de diciembre a las 20 horas, en la Catedral, y el sábado 22 a las 18 horas, en Plaza de Los Ríos Mall.