Claudia Muñoz David
El Tercer Tribunal Ambiental -que se encuentra ubicado en Valdivia, pero que resuelve controversias desde Ñuble hasta Magallanes- celebró ayer cinco años de existencia. Durante la ceremonia de aniversario, el presidente Iván Hunter, se refirió a los hitos que han marcado la historia de la institución. Por ejemplo, destacó que "en el año 2016 creamos nuestro sistema de gestión de causas, que permite que la mayoría de las actuaciones se realicen desde los lugares de residencia de los abogados para que estos solo deban trasladarse a Valdivia para las audiencias".
También se refirió a los esfuerzos desarrollados para difundir la justicia ambiental. Se integraron a la Red de Lenguaje Claro, que promueve la transparencia y el acceso a la información pública; elaboraron su primer boletín de sentencias, desarrollaron cuentas públicas territoriales, mantuvieron convenios con establecimientos de educación superior, como la Universidad Austral y la Universidad Católica de Chile, desarrollaron talleres y seminarios y han recibido a delegaciones de estudiantes.
En materia interna, han reforzado su planta de asesores, integrando a asesores jurídicos y científicos que permitan colaborar con el análisis de la evidencia compleja y generaron un sistema de becas para promover la especialización de los funcionarios.
Hunter expresó que aún quedan desafíos. Indicó que "a más de cinco años de la ley que crea los tribunales ambientales, creo necesario comenzar a discutir reformas legislativas importantes, que van desde los procedimientos de nombramiento de los ministros hasta las reglas procesales y de competencia. Estoy convencido que debemos hacer un esfuerzo para mejorar los tiempos de respuesta, pero para ello necesitamos tener una dotación de ministros completa. De estos cinco años, en solo dos contamos con los cinco ministros".
Premiación
En el evento también se desarrolló la premiación del primer concurso nacional de comentarios de sentencias, iniciativa impulsada por el Tercer Tribunal Ambiental como una forma de contribuir al análisis crítico.
El primer lugar fue para la estudiante de Derecho de la Universidad Católica de Chile, Daniela Navarro. Su trabajo se denominó "La conciliación en los procedimientos de reparación por daño ambiental", en el que se refirió al juicio desarrollado luego del colapso de un puente y la caída de siete vagones de tren en el río Toltén, hecho ocurrido en agosto de 2016.
Un acuerdo judicial entre las partes puso término a esta demanda. Navarro explicó que "el tema me pareció interesante porque sobre esto se ha escrito poco. Más que la sentencia misma, abordé la institución procesal. Este procedimiento terminó por un acuerdo entre las partes, sin embargo, el hecho tuvo un impacto en toda la sociedad, eso lo encuentro fuerte. Mi reflexión fue que la normativa lo permite porque la protección al medio ambiente se aborda como un bien jurídico individual y no colectivo. Se indican medidas de reparación, pero igual son acordadas por las mismas partes y, en el fondo, quién garantiza la ejecución".
El segundo lugar fue para estudiantes de Derecho de la Universidad Autónoma sede Temuco con un trabajo sobre el resguardo de la garantía del debido proceso en las causas por daño ambiental; el tercero fue para el estudiante de Derecho de la Universidad de Chile, Cristofer Rufatt, con un análisis sobre jurisprudencia y la mención honrosa fue para estudiantes de Ingeniería Comercial de la Universidad Austral de Chile con un trabajo sobre la Corporación para el Desarrollo de la Región de Los Ríos.
El jurado estuvo compuesto por el ministro Michael Hantke y los académicos Kay Bergamini y Verónica Delgado. El tribunal editará un libro con los comentarios ganadores.