Desde niña se sentía atraída por los volcanes y la naturaleza, pero no imaginó que podría encontrar una profesión que estuviera relacionada con esa área. Sin embargo, la descubrió. Daniela Kunstmann es geóloga, tiene 34 años y es seremi de Minería de Los Ríos, pero su cargo también tiene injerencia en las regiones de La Araucanía y Los Lagos.
Es hija de Carlos Kunstmann, presidente del Club Deportivo Valdivia (CDV) y de Amelia Lina Barba, directora de la Escuela Collico y de Villa Huidif. Estudió en el Instituto Alemán Carlos Anwandter y, tras egresar del colegio, cursó el primer año del plan común de ingeniería en la Universidad de Chile, pero desistió. Quería sur y quería geología. Así que ingresó a esa carrera en la Universidad de Concepción.
Desarrolló su tesis en Valdivia, en el proyecto Mulpun Energy de la empresa Antofagasta Minerals, estudiando el proceso de gasificación subterránea. Luego continuó trabajando en esa empresa, hasta que cerró el proyecto, en 2012. Después trabajó en Magallanes, en gasificación y en Antofagasta, en una exploración de salitre. "Cuando me contrataron en el norte me preguntaron si podría hacerlo, como mujer, ya que estaría todo el día al sol y a cargo de perforistas, controlando el uso de distintas máquinas. Al parecer no habían trabajado en ese proyecto con mujeres. Pero no era algo del otro mundo, era un trabajo que se podía hacer", relató. Permaneció los cuatro meses que duró la exploración. Tras casarse con Cristóbal Ziegele, decidió, en conjunto con la también geóloga Constanza Hoffmann, crear la empresa de consultoría y asesoría geológica Geoaustral, enfocada en la hidrogeología y la geotecnia.
Además del trabajo, siguió estudiando. Cursó un diplomado en la Universidad de Chile sobre hidrogeología aplicada a la minería y el medioambiente, y el magíster en ciencias, mención recursos hídricos, en la Universidad Austral de Chile. Y en esa misma casa de estudios dictó el ramo de recursos energéticos. En 2018, y después de ser mamá de Marianne -hoy de 4 años- y de Emma -hoy de 1 año 9 meses- comenzó a trabajar en el servicio público, su primera experiencia en esa área. "Me pareció un buen desafío. Conocía lo que tenía la región y me daba cuenta de que no se estaba potenciando. El servicio público era una experiencia que quería conocer", explicó.
- ¿Qué proyectos encontró cuando llegó al servicio?
-Ya se estaba manejando un programa de apoyo a la pequeña minería artesanal que había partido en 2016 con fondos del FNDR, enfocado a la minería del oro. Cuando lo conocí me pareció interesante, pero pensé que faltaba expandir sus objetivos. Es un trabajo que se hace con un mineral, el oro, y casi con una comuna, Mariquina. A los pirquineros se les ha apoyado con la regularización de sus faenas, con las concesiones y también han recibido un apoyo técnico constante en términos de seguridad y elementos como motobombas. Todo esto es muy importante, pero pensé que era necesario llevar el programa a otros minerales, a otras partes de la región, y en eso hemos estado.
- ¿Y con qué recursos cuenta la zona en cuanto a la extracción de oro?
-Acá tenemos oro y en los años '80, con el plan aurífero, hubo bastante extracción, sobre todo en Mariquina, Máfil, Los Lagos y algo en Corral. Hoy las faenas activas solo están en Mariquina. El oro de la región se encuentra en depósitos que se denominan placeres auríferos, esto significa que no están en una veta. Los placeres son pepitas diseminadas, concentradas en algunos sectores. Por esta razón cuesta seguir un túnel y producir siempre y ese es uno de los problemas. Esto ocurre porque la veta original fue erosionada, las pepitas fueron transportadas por ríos antiguos y siguen siendo transportadas por los ríos actuales. Si vas a challar al río lo más probable es que encuentres pepitas, pero no es rentable si quieres dedicarte a eso. Cuesta mucho encontrar una zona para una minería de mayor escala, pero un pirquinero puede trabajar y sustentar a su familia con eso, aunque a veces prefieren trabajar en otras cosas y dedicarse a la minería por temporada.
- ¿Cuántas personas se dedican a la extracción del oro en la región y cómo se les puede apoyar?
-Son unas 50 personas quienes con alguna periodicidad se dedican a esto. Lo que estamos buscando este año es un tipo de subsidio para ellos, para que avancen en sus labores. Hay un programa del Ministerio de Minería con Enami que apoya con un pago, por ejemplo, por hacer un túnel, independiente de que saquen o no material. Es un tipo de apoyo que no se había considerado y que debemos conversar con el Gobierno Regional. También podemos apoyarlos con nuevas tecnologías, porque el método que usan actualmente es tan artesanal que pueden extraer las pepitas de mayor tamaño, pero el oro fino se pierde.
- ¿Qué otro tipo de recursos se puede encontrar en la región?
-Se contrató a un geólogo para que haga un catastro a nivel regional de cuáles son las zonas con potencial, según la historia y la geología. Hay varios trabajos que se han hecho anteriormente, especialmente por Sernageomín. A través de la historia y de bibliografía pudimos ubicar ciertos puntos donde hubo extracción minera de carbón, manganeso, oro y plata, arsénico y talco. Durante el segundo semestre de 2018 se hizo el catastro y ahora se está yendo a terreno. Cuando tengamos estos puntos identificados, queremos hacer estudios con mayor detalle.
-¿Existe colaboración con el mundo académico?
-A través de un FNDR y en colaboración con la Universidad Austral se están realizando estudios de tesis. Uno está relacionado con conocer la zona de origen del oro, donde debería estar más concentrado; otro, con investigación sobre geofísica. Se quiere hacer una radiografía del subsuelo para saber dónde estaban los canales antiguos. Esto sería un gran aporte para los mineros porque no tendrían que hacer un túnel para probar si existe o no mineral. Esto se ocupa en el cobre, pero acá tenemos el problema de la humedad de la tierra, lo que puede generar mucho error. Por otro lado, queremos investigar los minerales asociados a la cordillera de la costa. Hay indicios de que tenemos cobalto, pero no hay más información. Hoy en día esto se ocupa para la electromovilidad. He leído que de aquí al 2025 se va a triplicar su demanda, por esto hay que estar preparados.
-¿En ese sentido, cuál es el potencial de la región en temas mineros?
-Creemos que las nuevas tecnologías generarán oportunidades para la minería local. Hemos tenido hartas conversaciones con Sernageomín, porque ellos por su parte están haciendo una investigación interesante. En 2016, dentro del programa de cuencas fluviales, estudiaron la cuenca del río Valdivia y encontraron varias zonas con potencial minero, uno es oro y plata, que ya conocemos; níquel y cromo, además de arsénico. Pero uno de los hallazgos importantes fueron las tierras raras. Se trata de un conjunto de 18 elementos químicos -los que están abajo de la tabla periódica- que se ocupan en tecnología. Por ejemplo, en la implementación de las energías renovables, en los teléfonos celulares, en computadores y en electromovilidad. Son minerales que ya se están buscando. Lo importante es hacer estudios sobre estos minerales, porque se ve que se van a necesitar en un futuro cercano.
-¿Y su explotación es amigable con el medioambiente?
-El gobierno se está enfocando en la minería como un motor de desarrollo del país y como generador de empleo, todo esto de la mano con hacer una minería sustentable. Cualquier proyecto que se quiere llevar adelante debe estar visado por el Departamento de Desarrollo Sustentable del ministerio. Además, siempre se deben seguir las normas existentes. Antiguamente se podía hacer lo que se quería, pero hoy la ley exige -a penas quieres empezar una faena- entregar un plan de explotación y de cierre.