Vivimos en una zona marcada por la producción silvoagropecuaria, la que dada su importancia y crecimiento se ha convertido en uno de los pilares de la política regional de desarrollo de Los Ríos.
Detrás de tal producción, existen miles de familias que subsisten gracias a la cadena de trabajo que se genera, y son precisamente dichas familias las que resienten en primera línea los efectos que dejan los lamentables hechos de violencia rural que se han registrado durante el último mes.
El 1 de enero desconocidos quemaron maquinaria forestal en el fundo Santa Paulina, en el sector rural de Purulón, Lanco, afectando a Forestal Nahuelbuta, la misma que en enero 2018 y septiembre 2016 sufrió otros ataques de similares características.
Luego, el 26 de enero, desconocidos atacaron de madrugada una guardería náutica de la familia Vermehren en la Ruta CH-203 a 13 kilómetros de Panguipulli, dejando millonarias pérdidas y un negocio casi acabado. Más allá de las noticias que generan estos hechos y las consiguientes querellas que se presentan, lo dramático que queda son las familias afectadas por la pérdida de sus puestos de trabajo, y las empresas que de una u otra forma buscan seguir adelante.
Como Saval FG lamentamos y condenamos enérgicamente estos hechos, pues creemos que la violencia, cualquiera sea la demanda, no es una respuesta civilizada.
Como gremio hemos desarrollado un trabajo silencioso pero arduo de pedir a diversas autoridades mayor vigilancia y seguridad policial para las zonas rurales de nuestra región. Reuniones con carabineros, intendencia, gobernaciones provinciales, con los ministros de Agricultura e Interior, dan cuenta de nuestra preocupación en defensa del estado de derecho y de la propiedad privada.
Pero más allá de mayor vigilancia y seguridad, como Saval FG apostamos por una decidida política de estado que resuelva en forma definitiva los conflictos, pues conocemos el territorio y sabemos que quienes vivimos acá, podemos llegar a un entendimiento y convivir en forma pacífica.
Esperamos que estos hechos de violencia rural no encuentren cabida y se detengan ante un mayor control policial, para así resguardar a las miles de familias que tomaron la opción y el desafío de vivir en zonas rurales, en pos de la agricultura.
Víctor Valentin
Presidente Saval FG