En noviembre del año pasado María Ignacia Croquevielle Rodríguez postuló al concurso Reina de los Ríos. El 26 de enero fue coronada frente a 30 mil personas como la soberana 2019 de Valdivia.
Asegura que la experiencia ha sido muy positiva y se prepara para disfrutar al máximo las tareas que vienen con la corona durante el verano, además de ayudar durante el resto año en labores sociales que aporten a la comunidad.
"Estoy muy feliz de ser Reina de los Ríos", asegura y relata que si hay algo que la marcó durante el certamen "fue el cariño y la amistad entre todas las candidatas y lo que aprendimos de cada una. Lo que más fortaleció este proceso fueron las instancias de poder conocernos una a una. Y eso no habría sido posible si no fuera por el equipo (de la municipalidad de Valdivia) a cargo de Roberto, Carol y Macarena" .Además de su rol como nueva soberana, relata que dividirá su tiempo con planes académicos. En diciembre se tituló como sicóloga de la Universidad Austral de Chile y ahora planea estudiar un post grado y trabajar como sicóloga con jóvenes.
¿Por qué elegiste la carrera de Sicología?
- Porque desde chica me gustó mucho el trabajo social. Mi abuela materna es asistente social y siempre me contaba sus historias de ayuda hacia las personas. Después realicé voluntariados en campamentos, hice reforzamiento escolar a niños, talleres y otras actividades. Muchos me decían que aprendían de mi, pero yo aprendía de ellos. Pese a que muchos te dicen 'estudia una carrera que te rinda para después', pero yo decidí ser feliz y hacer lo que me gusta.
¿Quieres especializarte en algún área?
- Generalmente, uno puede trabajar con niños y adultos, no así con los adolescentes. Ellos viven en una etapa donde no quieren nada con nadie, entonces cuando tienen que ir a un sicólogo o un siquiatra, se resisten más. En mi caso, creo tener las habilidades como para llegar a ellos de una manera que se sientan validados, reconocidos, y en ese sentido, creo que la terapia sería mucho más sencilla.
¿Has tenido práctica como sicóloga, cómo fue esa experiencia?
- Realicé práctica en el subdepartamento de siquiatría del Hospital Base de Valdivia durante un año. Fue una muy buena experiencia. Junto a una amiga estuvimos en siquiatría, allí atendimos pacientes individuales en el policlínico y en hospitalizados, hicimos terapia y talleres grupales. Al principio nos conocieron y acompañaron durante el primer período, se dieron cuenta que sí teníamos las habilidades para tratar con pacientes, así que nos permitieron trabajar solas. Al inicio igual tenía temor de que encontraran que era muy chica, pero los pacientes fueron un siete, jamás recibimos un mal comentario y, cada vez que terminábamos una terapia, eran muy agradecidos. Estoy haciendo lo que me gusta y está dando resultados.
Desde lo profesional, ¿cómo definirías la belleza de una mujer?
- A mi juicio, una mujer debe ser trasparente y luchadora, pero que no sólo lo proyecte sino que lo refleje en todos los aspectos de su vida. La belleza sicológica para mi es fundamental, ya que se puede apreciar a través de sus actos. Si una persona es buena por dentro y hace el bien, lógico que será un aporte. Una persona puede ser muy bella por fuera, pero si tiene malas intenciones, no se puede ver su belleza exterior. De acuerdo a como eres por dentro, es la forma en que te ven y proyectas al mundo exterior.
Sobre valdivia
María Ignacia Croquevielle nació en Valdivia, tiene dos hermanas, a sus padres y abuelos muy cercanos . Todos ellos son -asegura- el principal motivo por el cual espera quedarse a vivir en la capital regional, aunque sus lazos familiares también se extienden hasta Argentina.
"Mi familia materna es muy numerosa. Mi abuelo tenía dos hermanas, pero sólo queda una. Ella vive en Mendoza, es como si fuera mi tercera abuela. No tuvo hijos, pero siempre estuvo pendiente de nosotros, hablamos por teléfono muy seguido y la visito todos los años. Cuando éramos más chicas, ella viajaba para cuidarnos, estaba meses porque mis papás trabajan mucho, éramos igual que sus nietas. Y con la familia de mi abuela, también nos comunicamos, aunque no nos vemos tanto.
¿A qué se debe este vínculo tan fuerte con tus abuelos?
- Mis abuelos son personas muy valiosas, aprendí mucho de ellos. Tengo una imagen muy buena de cada uno, la manera en que nos cuidaban y enseñaban. He crecido con ellos, me cautivan y pienso que quiero ser como ellos. Sus historias me encantan. Me llama la atención todo lo que les ha tocado vivir. Es más, una de la razones por las que quise quedarme a estudiar en Valdivia son ellos, somos tan cercanos que no me imaginaba sin poder verlos.
Parte de tu familia llegó de lejos. Desde esa perspectiva ¿cómo evalúas el trato que se da a los inmigrantes a Valdivia?
- Mis abuelos se vinieron a Chile exiliados desde Argentina y en Valdivia los recibieron con los brazos abiertos y eso para mí tiene un enorme valor. He tenido la oportunidad de conocer a algunos haitianos, he aprendido de otras culturas y distintos pensamientos, son gratos por su transparencia y autenticidad.
Independientemente de donde uno venga, o el apellido que tenga, todos somos personas. No se debería cuestionar el tema de los inmigrantes, ellos buscan oportunidades igual que cualquiera, más aún si son trabajadores y buenas personas.