Reinas y tradición
Ciento cincuenta años lleva de tradición el concurso de belleza, en el cual las candidatas son evaluadas por su imagen, postura, manera de caminar y hablar, entregando una noche de "entretención y orgullo por la tradición". Sin embargo, ¿hemos pensado si estamos perdiendo algo por perpetuar esta tradición? ¿Le hace mal a la sociedad este tipo de concursos?
En mi opinión, definitivamente, estamos perdiendo algo que podríamos hacer mucho mejor. Este tipo de instancias podrían hacer tanto bien si estuvieran enfocadas de otra manera.
¿Por qué no avanzar hacia una instancia de reconocimiento a las mujeres valdivianas en la que reconozcan características que sí importan? ¿Por qué no dar visibilidad a aquellas empresarias que dan empleo, a las madres que sacan adelante solas a sus familias, las científicas de nuestra Universidad Austral, las artistas, profesoras y emprendedoras de nuestra región?
Las mujeres somos mucho más que verse bien en bikini, una postura, o caminar derecha. En la vida real esas características poco importan, sin embargo, dan un mensaje tan profundo a nuestras niñas y niños.
Me preocupa un estudio de la revista Science, el cual mostró que a los 6 años de edad las niñas aprenden a subestimar su género. Y eso es por nuestra culpa; es por inculcarles que lo importante está en las formas y no en el fondo, por hacerles pensar que las aventuras, riesgos y desafíos solo lo pueden tomar los niños y que ellas solo deben verse bonitas y ser correctas.
Aparte de la tradición, aparte del turismo, y dejando de lado la entretención que en una noche provoca, aprovechemos estas instancias para hacer algo significativo que podamos perpetuar. Intentemos pensar fuera de la caja y desmarcarnos de los clásicos concursos de belleza que poco tienen ya que ofrecer a la sociedad en la que vivimos.
Si seguimos recurriendo a los mismos cánones de antaño, nuestra niñas jamás podrán convencerse de que el mundo cambió; que el poder de hacer las cosas diferente abre una ventana a modificar el curso de la historia.
Bárbara Troncoso Páez btroncoso@fen.uchile.cl
Calor e hipertensión
Según la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, el 27,6% de la población chilena podría sufrir de hipertensión. De esa cifra, el 25,5% corresponde a hombres y un 27,7% a mujeres. Si bien la Sociedad Chilena de Hipertensión destaca que eso implica un descenso al comparar con los datos de 2003, no deja de ser un número alto y digno de cuidado.
Un tema que toma especial relevancia en verano son las alzas de temperatura, propias de la época, y más aún los golpes de calor, que representan un riesgo extra para este grupo. Estos golpes pueden generar dos efectos que para un hipertenso pueden significar un cuadro agudo grave: la deshidratación y dilatación de las arterias que generará un aumento del flujo sanguíneo, desencadenando un alza de presión aún mayor.
El problema, es que la hipertensión es una patología que puede ser asintomática. Por esto, es importante mantener siempre una buena hidratación durante este periodo. Ahora, si comienza a percibir síntomas como mareos, náuseas, decaimiento, dificultad para respirar, palpitaciones, sensación de agotamiento o rigidez en la zona de la nuca, podría estar generando un cuadro agudo que necesita ser tratado por especialistas.
Pero no todo son malas noticias, pues con un buen diagnóstico, tratamiento y simples, pero cruciales cuidados, es posible llevar una vida normal. Algo que finalmente se logra poniendo atención al propio cuerpo y buscando ayuda médica.
Para evitar este tipo de amenazas, quienes siguen un tratamiento para controlar la hipertensión deben consultar con sus médicos para saber si es necesario o no un cambio en las dosis que consumen normalmente durante este periodo, con el fin de disfrutar del verano sin ningún inconveniente.
Paula Molina Químico farmacéutica
Cirujanos plásticos
En los últimos años, el problema de las listas de espera en los hospitales públicos, ha sido significativo. Específicamente en el área de la cirugía plástica, el déficit de especialistas es importante, por lo anterior las listas de espera han aumentado. Aún con las intenciones del gobierno actual de llevar a cabo un trabajo más directo para disminuir las listas, tenemos una dificultad mayor en el tema de cirugía plástica, porque los especialistas de esta área están asignados a servicios de cirugía general, donde se da una prioridad secundaria a los pacientes de cirugía plástica no de urgencia.
En todos los países desarrollados los hospitales clínicos importantes de tipo público, tienen servicio de cirugía plástica, lo que permite una planificación continua de las cirugías de esta subespecialidad quirúrgica y un mayor desarrollo de esta especialidad. Lamentablemente en Chile los hospitales públicos no tienen servicios de cirugía plástica.
Para un mayor desarrollo y modernización de la cirugía plástica de acceso público en Chile, se requiere la formación de servicios de la especialidad en los principales hospitales del país. Es urgente que nuestras autoridades estudien la posibilidad de realizar estos cambios y aplicarlos en la organización de los hospitales públicos.
Dr. Claudio Thomas Bas, Pdte. Soc. Chilena de Cirugía Plástica