Frases
"No hay ningún antecedente que permita determinar el fin del estado de excepción".
Jorge Ulloa
"Ha sido el primer artista de la historia. Podríamos decir el primer 'instagramer".
Taco Dibbits, director del museo
"No hay ningún antecedente que permita determinar el fin del estado de excepción".
Jorge Ulloa
"Ha sido el primer artista de la historia. Podríamos decir el primer 'instagramer".
Taco Dibbits, director del museo
El superintendente de Bomberos de Valdivia, Raúl Basso, anunció que gracias a una donación de la Junta Directiva de la Universidad Austral de Chile y con la colaboración de la municipalidad, será construido un cuartel Isla Teja, más precisamente en calle Los Laureles, frente al ingreso principal del Instituto Alemán.
Una batalla campal protagonizada por pandilleros venidos desde Santiago y unos cuantos valdivianos, terminó con un herido grabe a puñaladas y 37 detenidos. El grave hecho se registró en las inmediaciones del puente Calle Calle, donde había 14 carpas instaladas por los peligrosos "turistas" que llegan a la zona en verano.
Un lapidario -4,2 por ciento de crecimiento registró la región de Los Ríos durante el último trimestre del año pasado, según las cifras entregadas por el Índice Nacional de Actividad Económica Regional, Inacer, y dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas. La comunidad reaccionó con inquietud ante estas cifras.
Verlo, escuchar sus palabras y llorar de emoción es todo una misma cosa. Jesús Vidal, el actor español, de 43 años, ciego, que lideró al equipo de nueve actores con discapacidad mental que protagonizan "Campeones", la película con la que ganó el Premio Goya al Actor Revelación 2018, se convirtió en trending topic planetario con su discurso de agradecimiento de hace una semana.
Si aún no lo han visto, los invito a hacerlo, porque hace recuperar la fe en el ser humano. Jesús dice, aludiendo a una frase de "Campeones": "A mí sí me gustaría tener un hijo como yo, para que tenga unos padres como ustedes". También señala: "Mamá, gracias por darme la vida y por enseñarme a ver la vida con los ojos de la inteligencia del corazón, te quiero todo".
Este agradecimiento es lo opuesto a lo que me confesó ayer en el Centro de Preparación para el Trabajo, del Hogar de Cristo, en Conchalí, María, una profesora jubilada prematuramente por problemas mentales. "Nunca quise tener hijos por temor a heredarles mi tara, mi enfermedad", nos respondió cuando le preguntamos si tenía familia. María, de 60 años, vive en un hogar y asiste cada día a este programa que busca desarrollar habilidades blandas en personas con discapacidad mental y en situación de pobreza, para que consigan un empleo. Ella tiene esos talentos, pero la absurda disposición que impide a quienes reciben una mínima pensión por discapacidad, hacer algún trabajo complementario remunerado, le impide trabajar. Es decir, está condenada a perpetuar su pobreza y la doble exclusión social que representa su discapacidad mental, en lugar de ser alentada a incrementar sus modestos ingresos.
A diferencia de España, donde la inclusión es una notable política de Estado, acá las dificultades para integrar a estas personas suman y siguen. La recientemente aprobada Ley de Discapacidad Mental es un avance, pero menor, a la luz de lo que nos comentan en el Centro de Preparación para el Trabajo. Les ha pasado varias veces que las empresas de más de 100 empleados que les han pedido postulantes para cumplir con el 1% que establece la ley, luego los llaman, diciendo: "Pensé que lo de esta persona era físico, pero ¿qué hago con alguien con discapacidad mental?". Sin duda, a los chilenos en general nos falta mucho para entender a cabalidad los tres conceptos que destacó Jesús Vidal en su discurso: inclusión, diversidad y visibilidad.
Ximena Torres Cautivo Periodista
Es complicado para los automovilistas desplazarse por Valdivia durante los meses de verano. Eso es sabido, además, porque hace ya varios años que la situación se repite y todo indica que será cada vez peor, porque las calles son las mismas y los vehículos cada vez más numerosos.
Las autoridades adoptan algunas medidas con el afán de mitigar las molestias y acortar los tiempos de desplazamientos de locales y visitantes, especialmente en los sectores más concurridos durante el período, como las vías que conducen hacia la costa y el centro, con su concentración de locales comerciales.
Sin embargo, todo andaría mejor y la vida sería más fácil si se contara con una cabal colaboración ciudadana, algo que por momentos se hace muy difícil de conseguir.
Por ejemplo, todos los conductores sabe, o deberían saber, que la velocidad máxima para desplazarse en espacios urbanos quedó en 50 kilómetros por hora hace algunos meses, pero la obligación de respetar este límite generalmente cae en manos pocos receptivas y hay avenidas donde a toda hora es posible apreciar carreras de parte de impacientes que logran poner en riesgo la seguridad propia y la de quienes se ven obligados a compartir los espacios con ellos.
Con gran esfuerzo y adoptando una serie de medidas para evitar percances, se puso al servicio de la comunidad el historiado puente Cau Cau, para facilitar el tránsito entre Las Ánimas e Isla Teja y la costa valdiviana, lo que ha servido notoriamente.
La medida fijó una serie de condiciones, porque es ampliamente sabido que la estructura requiere de una serie de costosas labores adicionales antes de que se pueda decir que está perfectamente concluida como el primer puente basculante de Chile.
Entre estas exigencias está la de circular a no más de 20 kilómetros por hora para evitar vibraciones que pueden complicar lo avanzado, pero es cosa de acercarse y ver cuántos la respetan. Y los que porfiadamente intentan cruzar con vehículos mayoreo a costa de los pórticos, ya dan para otro capítulo.