Este año partirán las obras anexas a la construcción del puente Cochrane
CONECTIVIDAD. Cuando se logre ingresar el Estudio de Impacto Ambiental al SEIA se espera trasladar la casona Lopetegui-Mena y mejorar las calles de acceso a la estructura.
Para que en el año 2022 esté terminado el puente Cochrane -según la planificación que actualmente maneja el Servicio de Vivienda y Urbanización para esta obra- todo lo que ocurra este año será clave. Y lo que debería avanzar es la tramitación del Estudio de Impacto Ambiental, el traslado de la Casona Lopetegui-Mena a su ubicación final en General Lagos 865 y el desarrollo de algunas obras anexas al puente, como el mejoramiento de las vías de acceso.
El director regional del Serviu, Raúl Escárate, destacó que aún dos familias se encuentran habitando la casa, pero que se ha trabajado para que durante marzo el inmueble pueda estar desocupado. "Desde que llegué hemos tenido una buena relación con ellos y sus abogados. En estos momentos estamos en vías de tratar de llegar a un acuerdo", dijo. Los acuerdos que se deben alcanzar son económicos, ya fueron realizadas las tasaciones y en estas dos semanas se estarán desarrollando reuniones entre las partes. Sin embargo, la casa se encuentra inscrita en el Conservador de Bienes Raíces a nombre del Serviu desde el segundo semestre del año pasado.
"Este paso es importante, ya que cuando la casa se encuentre desocupada podremos ingresar el Estudio de Impacto Ambiental al Sistema de Evaluación, SEIA", explicó.
Mejoramiento de calles
Mientras todo esto ocurre, este año deberían comenzar a ser desarrolladas las obras asociadas de interconexión. Se trata del mejoramiento de las calles ubicadas tanto al poniente como al oriente del río. Serán intervenidos cien metros de la calle Cochrane, además Los Laureles, Los Pelúes y Los Lingues. "Se mejorarán las calles y veredas y se incorporarán ciclovías, ya que por el puente pasa una ciclovía. Pretendemos comenzar esas obras en 2019, ya que como ministerio la idea es empezar durante este año", dijo. Además, bajo los estribos del puente habrá espacios públicos de llegada al río.
El director regional del Serviu expresó que seguramente estos trabajos generarán congestión de tránsito en algunos puntos de la ciudad, por lo que pidió mayor comprensión y paciencia.
El traslado
También, en paralelo, se trabajará en el traslado de la casona a un terreno ubicado unos metros más hacia el centro, en General Lagos 865. Esto se desarrollará al estilo de una minga. "En este momento se está desarrollando un estudio, el que fue licitado. El proceso está relacionado con subir la casa sobre unos patines para, de esa forma, mover la estructura hacia atrás, al lado o hacia adelante. En la minería se utiliza mucho este tipo de procedimientos para mover maquinaria y existen empresas especializadas que lo hacen. El Serviu tendrá que contratar a alguna entidad especialista", destacó.
Previamente, la casa deberá ser reforzada y se le retirarán los elementos no estructurales que aumentan su peso. La casa solo podrá ser movida luego de contar con la Resolución de Calificación Ambiental.
Actualmente cuatro instituciones públicas y privadas relacionadas con actividades culturales y patrimoniales se encuentran interesadas en recibir la casa en comodato. Esto será determinado una vez que el Serviu cuente con las propuestas de cada entidad.
Importancia de la obra
La construcción del puente debería comenzar durante el segundo semestre de 2020, con el objetivo de terminar en 2022. "Desde el punto de vista urbano, este puente es muy necesario. El puente Cau Cau ya descomprimió un poco el acceso desde la costa hasta la carretera, pero ahora necesitamos otro acceso desde la Isla Teja hasta el centro de la ciudad", destacó.
Pero además, esta obra es crucial para el futuro del puente Pedro de Valdivia. "Una vez que esté terminado el puente Cochrane, el Pedro de Valdivia será ampliado y se le realizarán las mantenciones necesarias", agregó.
Para Raúl Escárate lo más complejo de la construcción de este puente ha sido el proceso de expropiación. "Desde el punto de vista técnico se trata de un puente que no posee ninguna complicación, ya que es tradicional. Es una solución de ingeniería muy parecida al puente Santa Elvira, de acero y hormigón. La altura determinada es de 13 metros y medio en pleamar, cuando el agua alcanza su nivel más alto, según lo que fue exigido por la Gobernación Marítima", dijo. Además adelantó que el diseño se encuentra terminado y debería ser dado a conocer durante esta semana.
El diseño de este puente generó controversia hace tres años, cuando el gobierno de Michelle Bachelet decidió desestimar el puente atirantado que se había propuesto en el primer gobierno de Sebastián Piñera.