Hace exactamente un año, partí desde Valdivia hasta el Congreso en Valparaíso a cumplir con mi deber como Diputado de la República, un compromiso que me ha llevado a conocer más profundamente la realidad de nuestra región, sus personas y sus necesidades más íntimas, y es que no estaría dónde estoy sin los miles de vecinos y dirigentes que han confiado en mi la responsabilidad de representarlos en el Congreso, llevando sus necesidades a la cámara, los ministerios, las subsecretarías, siendo un nexo y un patrocinador de sus anhelos.
Así, viajamos hasta Valparaíso y Santiago junto a dirigentes de Panguipulli que han puesto sobre la mesa las carencias de conectividad; acceso a telefonía e internet, incluso servicios básicos como luz o agua en localidades rezagadas como Liquiñe y Coñaripe. Así mismo impulsamos el proyecto de creación del primer "Banco nacional de ADN bovino" que permitirá frenar el delito de abigeato.
Así también, hemos recorrido Los Ríos tantas veces como ha sido posible, visitando todas las comunas en muchas ocasiones e instalando una oficina en la Provincia del Ranco con una extensión de nuestro equipo profesional y técnico para ayudar a los vecinos de ese territorio. Con esa oficina recorrimos el Lago Ranco en el invierno pasado, detectando, fiscalizando y finalmente oficiando a las autoridades por el delito cometido en la playa de Calcurrupe y otras más de la cuenca, donde existían cercos que prohibían el acceso al borde lago a todos los vecinos.
Ha sido un año de mucho aprendizaje, pero sin tiempo para detenerse, desde nuestro primer día en el Congreso decidimos junto a mi equipo no dejar de trabajar arduamente para conseguir que los sueños de los habitantes de Los Ríos sean tomados en cuenta, no nos motivan las aspiraciones políticas, nos motiva el servicio al otro, la amistad, la justicia social, la igualdad de acceso a salud y educación entre vecinos de un mismo territorio, la falta de aires limpios en Valdivia, el abandono de los proyectos emblemáticos son nuestros valores, ese es nuestro motor, y sabemos que mientras respiremos y existan ciudadanos y ciudadanas que no estén felices con sus autoridades, siempre tendremos un oído atento a las críticas y los consejos, porque estamos donde estamos para servir, no para ser servidos.
Marcos Ilabaca Cerda Diputado