Descubrimiento de Pilauco abre oportunidades para más estudios
PROYECCIONES. La investigación que revela que un fragmento de meteorito habría extinguido a gran parte de la megafauna del sur de Chile podría permitir indagar otras interrogantes, como lo que ocurrió con los humanos tras el impacto.
Fue en 2012 cuando el geólogo de la Universidad Austral de Chile Mario Pino, junto a su equipo de investigación, observó que en el yacimiento arqueológico y paleontológico osornino de Pilauco la geología era anómala. Un bloque de sedimento poseía una discontinuidad, lo que indicaba que se había producido un cambio drástico en las condiciones ambientales del lugar. En ese momento los investigadores hicieron un informe describiendo la anomalía, pero no la analizaron. Tres años después, Pino contactó al geofísico norteamericano Allen West y le comentó -a través de un correo electrónico- que se encontraban trabajando en un sitio en el que hacía 12 mil 800 años -a finales del Pleistoceno- había ocurrido un incendio gigante, se había acabado la megafauna y habían desaparecido los artefactos arqueológicos. Así, comenzaron a trabajar juntos.
Enviaron muestras a Estados Unidos. Detectaron en esa anomalía señales de platino, además de esférulas de fierro y fierro cromo, materiales muy raros para la superficie terrestre y que se producen a muy altas temperaturas.
El miércoles pasado el equipo de científicos dio a conocer a nivel mundial que Pilauco es el primer sitio del Hemisferio Sur que cuenta con registros validados científicamente de un meteorito que al chocar la Tierra desencadenó cambios climáticos. Ese asteroide habría caído en Groenlandia, pero antes se dividió en varios pedazos que impactaron en América del Norte, del Sur, Europa y Asia occidental.
Uno de ellos cayó en Osorno y habría extinguido a la megafauna local, por ejemplo, a los gonfoterios, animales similares a los mamuts y parientes de los elefantes actuales.
Líneas de investigación
Este descubrimiento es un insumo más que sirve para validar la teoría de que el Younger Dryas -fase de enfriamiento climático- estaría asociado a un meteorito. Pero para el investigador Mario Pino, esto también abre líneas de investigación interesantes no solo en términos paleontológicos, también en términos humanos.
"En Pilauco había humanos hasta el momento de la irrupción del material que cayó del asteroide. Los humanos no se extinguieron, pero no hemos podido encontrar ningún sitio arqueológico post impacto en los siguientes 500 años. Mi hipótesis es que estas personas, monteverdinos a los que les gustaba comer plantas y papas, de repente se encontraron con todo quemado y con los animales grandes muertos. Entonces, para sobrevivir tuvieron que haber cambiado su manera de vivir. Quizas se empezaron a mover a las quebradas, donde quedaba vegetación. Había ratoncitos, coipos, pero eso no deja registro, campamento ni nada. Encontrar esos sitios post impacto no ha sido posible, tampoco en Norteamérica", dijo.
Para el investigador sería muy importante estudiar a las comunidades humanas en el momento posterior a la caída del fragmento de asteroide, qué ocurrió en los 400 años siguientes. "Podríamos aprender mucho sobre cómo la comunidad es resiliente frente a una catástrofe de esta naturaleza. Podríamos aprender qué hacer nosotros si cayera un meteorito y nos pasara lo mismo, qué conducta deberíamos adquirir", agregó.
Mientras que en términos paleontológicos, indicó que "en Pilauco existen fósiles de casi toda la megafauna, pero no hay de después del impacto. También tenemos fósiles de los animales chicos, los que no se extinguieron. No desaparecieron los zorrillos, los pudúes ni el coipo. Uno se puede imaginar que esto está relacionado con la disponibilidad de vegetación. Un gonfoterio necesita cientos de kilos de hojas y el pudú solo 25 gramos. En términos de entender cómo funcionan las extinciones, el sur de Chile ofrece una oportunidad".
Formación profesional
A pesar de que este descubrimiento plantea muchos desafíos con respecto a nuevas investigaciones, la falta de especialistas locales volvería más difícil su desarrollo. "Hay pocos científicos trabajando en este tema. ¿Por qué en Argentina hay tantos fósiles? Porque tienen a muchos paleontólogos buscándolos. Aquí en Chile todavía son contados con los dedos de la mano, aún cuando estamos produciéndolos en el Magíster en Paleontología de la Uach. También hay pocos arqueólogos trabajando en ámbitos científicos, porque están todos dedicados a hacer Estudios de Impacto Ambiental. Mientras más personas tengamos trabajando, más descubrimientos habrán", dijo.
Y generar las condiciones propicias para que los profesionales se especialicen en estos temas, aseguró Pino, es una responsabilidad del país. "Debe haber más proyectos de investigación, más cargos en universidades y apoyo en becas a los estudiantes de postgrado. Es una tarea de largo aliento. Sin embargo, a partir de anuncios como los del miércoles han surgido oportunidades de colaboración y gente interesada en saber más".
Por ejemplo, relató que recibió un correo electrónico de un geólogo de Sernageomín, quien está estudiando la geología de Pica, en la región de Tarapacá. En ese lugar habría vidrios esparcidos en el suelo, los que según los estudios desarrollados podrían haber sido originados por el impacto de un meteorito. "Tienen una fecha que no es perfecta, pero que se acerca a 12 mil 800 años de antigüedad", dijo.
Otro colega le indicó que en el lago Villarrica se han encontrado restos de hojas muy grandes que datarían de ese período. "Uno se puede imaginar que tras el golpe de un meteorito y un incendio, las hojas caen y terminan en el fondo del lago. Es interesante ver cómo van surgiendo nuevas pistas y cosas que podemos hacer", explicó.
Mientras tanto, el grupo de investigación presente en Pilauco seguirá excavando. "Todo lo que encontramos y lo que sirve está bajo la tierra. Ese es un trabajo largo y tedioso, además de caro. Pero vamos a seguir. Aún nos quedan porciones del sitio de Pilauco por excavar y tenemos un sitio nuevo al lado de Pilauco, en Los Notros, donde recién estamos haciendo la geología básica. Es decir, tenemos material para rato", contó.
Más valoración
Las investigaciones desarrolladas actualmente en Pilauco están siendo apoyadas financieramente por la Municipalidad de Osorno. Sin embargo, Mario Pino expresó que el trabajo relacionado con las actividades administrativas no han sido fáciles. Tuvo algunos financiamientos de Fondecyt, pero la corta duración de los proyectos y las constantes postulaciones hicieron que se generaran retrasos. "Ahora me financia la municipalidad, pero si tuviera mucho más dinero podría hacer todo más rápido", dijo.
Por ejemplo, podría tener a más personas excavando. Hoy solo hay cuatro. "No puedo excavar en los dos sitios simultáneamente", aseguró. Para Pino, el problema es que para el ámbito político la ciencia está poco valorada. "No sacamos nada con poner un ministerio sin recursos verdaderos. Se necesita un financiamiento distinto de parte del Estado, porque los científicos no podemos estar trabajando en plazos de tres años, es lo peor. Avanzas y cuando estás cerca de la meta te quedas sin dinero y pasas a fojas cero. En otros países esto se aborda con proyectos de 10 o 15 años. Así tienes un horizonte para formar colegas, tener estudiantes de pregrado, postdoctorantes y publicar", agregó.