De Adolf a Hitler
Periodista
Darse vuelta la chaqueta, ir de la izquierda a la derecha o viceversa, no es extraño. Más todavía cuando pueden estar en juego el pan, el techo y el abrigo. ¿Fue ese interés el que movió a un todavía veinteañero Adolf Hitler a no desmovilizarse y continuar en el ejército tras la guerra, a pesar de que esto implicara servir a un gobierno izquierdista?
La respuesta aún se reviste de ambigüedad, aunque todo parece indicar que ese joven Hitler aún no abrazaba las convicciones ideológicas que lo llevarían a encabezar uno de los regímenes más brutales del siglo XX. Eso, a pesar de la ejemplar biografía que él y sus propagandistas difundieron a los cuatro vientos, la cual lo mostraba como un líder innato y decidido, que se transformó en un acérrimo nacionalsocialista al fragor de la Primera Guerra Mundial.
"De Adolf a Hitler. La construcción de un nazi" (Taurus, 2018), del académico alemán Thomas Weber, viene a llamarnos la atención en cuanto a que en realidad no sabemos todo lo que hay que saber sobre Hitler y de que, al mismo tiempo, mucho de lo que sabemos en realidad no es verdadero.
Indagando en archivos y colecciones privadas de tres continentes, Weber descubrió que el relato popularizado por el nazismo respecto a la figura de su líder era más que una exageración con base de verdad. El autor comienza su derrotero con el alta de Hitler desde el hospital militar de Pasewalk (Pomerania), en noviembre de 1918, donde estuvo interno tras ser afectado por gas mostaza. Aquí vale la pena apuntar que nunca fue un combatiente, sino que actuó de mensajero entre los cuarteles y las trincheras. A pesar de las más de 120 mil investigaciones y trabajos académicos en torno al dictador nazi, Weber logra aportar datos novedosos, provenientes de registros de los regimientos en que estuvo el futuro "Führer". Con ello, cuenta dos historias: la de cómo Hitler se convirtió en nazi y en un líder apabullante, y cómo fue armando una versión falsa y alternativa de esa misma conversión.
Daniel
Carrillo