Lo que hace algunas décadas podría haber sido un comentario alarmista, desinformado o exagerado, hoy es una urgencia sustentada en los más duros indicadores.
Lo que hace algunos años todavía permitía suponer que nuestro planeta azul y verde tenía "una capacidad infinita" de asumir, absorber y resciliar conductas, ahora es meridianamente claro que esta "supuesta capacidad infinita" no sólo es una falta de conciencia del límite de la bondad natural de nuestro mundo.
Por el contrario, estamos llegando al momento más crítico de la historia de la humanidad, respecto a la toma de decisiones para cambiar los comportamientos, especialmente de los países "más desarrollados" cuyo concepto del desarrollo se relativiza cada vez más, entendiendo que tiene distintas dimensiones en la cual el desarrollo humano y comunitario comienza a recuperar terreno frente al concepto economista e industrializador.
La situación crítica de nuestro planeta no es una frase que sólo se acuña en algunos países con alta conciencia ambiental o entre algunos científicos del área.
Los datos duros indican que hace 30 años se estimaba que el planeta podría estar en una condición de riesgo producto del efecto invernadero y el aumento de temperaturas de los océanos en los próximos "cien años".
Hace 20 años ya se vislumbraba que este fenómeno crítico para la vida humana, animal y vegetal, podría llegar a niveles de bordes en 50 años. Con extrema preocupación vemos que los datos de hoy indican que la condición crítica del planeta podría ocurrir entre los próximos 15 y 20 años, y eso es apenas un suspiro en la vida de la Tierra… por tanto, es imperativo buscar e implementar acuerdos globales… y Chile será la sede mundial de la COP25 en diciembre de este año, asumiendo un rol protagónico sin precedentes.
Desde la Vicepresidencia del GRULAC (Grupo Geopolítico de Latinoamérica y El Caribe) de la UIP (Unión Interparlamentaria Mundial) propiciaremos también los acuerdos parlamentarios necesarios en esta materia.
Iván Flores García
Presidente Cámara de Diputados