En este último tiempo se han generado fuertes debates sobre un concepto que muchas veces se ha prestado para elevar o denostar tanto a personas naturales como jurídicas, en el ámbito personal como público, en instituciones de distinta índole. Todos ellos tienen un denominador común: la Confianza.
El mundo del trabajo no está ajeno a la acción de esta palabra. Lo mismo ocurre para las empresas, en el modo de actuar del Estado y de los gobiernos. El accionar de estos agentes económicos debe de estar fuertemente orientados a no descuidar un bien preciado, como es la confianza.
Si nos remitimos a su significado nos encontramos que es esperanza firme, y si nos tomamos la libertad imaginaria de dividirla en Con-Fianza nos entrega ciertas luces; la preposición Con significa: Por medio de, y Fianza: Obligación que uno contrae para garantizar otra ajena. Por lo tanto, se contrae una obligación, se deposita nuestra esperanza cierta en el cumplimiento de una garantía que no es propia, sino ajena. Cuando se falla en ella, en el ámbito laboral, existen autores que plantean a lo menos se dan dos resultados en las organizaciones, se afecta la rapidez en el accionar de los trabajadores, producto del recelo y la falta de confianza en el actuar, mientras que el otro resultado está asociado a los costos, los que aumentan.
Esta carencia de confianza en las organizaciones trae consigo en términos económicos un "impuesto oculto", los especialistas indican que el precio a pagar es elevado y lo más delicado que se plantea es que no sólo grava las actividades económicas y laborales, sino las comunicacionales, las interacciones relacionales entre agentes económicos y al interior de las organizaciones -entre trabajadores- y lo más inquietante, se ve afectada la toma de decisiones en sus resultados e indicadores de desempeño.
Entonces cuando se reduce fuertemente el factor des-confianza podemos afirmar que estamos frente a fuertes dividendos.
Por lo tanto, la confianza es un bien preciado en el accionar económico y laboral de una sociedad, que debe ser cultivado y cuidado por todos los actores.
Debemos tener la capacidad y la actitud para preservarla y así humanizar las conductas y tomas de decisiones de índole laboral.
Francisco Mena Bastidas Director de la carrera de Ingeniería Comercial USS Valdivia