El Dilema de Chile
Hace unos días el diputado Marcos Ilabaca publicó una columna en este medio titulada "El dilema de los médicos", dejando entrever que los problemas sanitarios del país responden a nuestra falta de moral. Nos preocupa el ingenuo análisis del parlamentario, pues pensar que los problemas sanitarios del país se resuelven con más vocación o caridad, nos limita para avanzar hacia soluciones estructurales.
Esta semana, el Presidente de la República ha lanzado una propuesta de reforma integral de salud, con un proyecto para Fonasa y otro para Isapres. Desde el Colegio Médico de Chile estimamos que este hecho constituye una oportunidad para pensar un sistema sanitario para los próximos 40 años, que sea más equitativo y solidario. Consideramos de suma relevancia la participación de todos los parlamentarios en este debate.
Nuestro Colegio Profesional está empeñado en recuperar el contrato social, regular los conflictos de intereses que puedan afectarnos y dejar atrás las defensas corporativas. Esperamos que el mundo parlamentario avance en la misma línea, aportando más contenido y menos titulares para la prensa.
Izkia Siches Pastén Presidenta Colegio Médico de Chile Alfonso Sánchez Hernández Pdte. Colegio Médico Reg. Valdivia
Mentes de una generación
"Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura" o algo parecido nos recitaba Don Luis, mi profesor de lenguaje. El poema de Allen Ginsberg retrataba y retaba los valores clásicos de la sociedad norteamericana. "Es un clásico de la generación beat " decía, remarcando la última consonante de forma estruendosa y dejando entrever que este movimiento literario daría vida a la contracultura hippie de los 60.
Sin embargo, hoy no es muy distinto. Creo ver las mejores mentes de mi generación destruidas por verdades líquidas, sin contenido y vacías de moralidad y conocimiento, producto de los buenos tiempos forjados por hombres grandes. "Los tiempos duros, crean hombres fuertes que construyen buenos tiempos y crían hombres débiles", nos dijo una vez, a propósito de la construcción de la sociedad moderna y nuestra flojera al estudiar el poema de Ginsberg y las malas notas en literatura. Creo que tenía razón.
La edificación de buenos tiempos se creó sobre los hombros de agricultores, funcionarios de ferrocarriles y obreros de industrias manufactureras que se vestían con ropa heredadas o compradas en las ferias de las pulgas de las poblaciones. De ahí emergió la sociedad del Wi-Fi, que ya no cree en el esfuerzo y solo cree en lo inmediato. Tal vez, el vivir relativamente bien nos alejó de los grandes relatos que nos guiaban en el trabajo de sol a sol con la misión de un objetivo. He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura. Sin embargo, tengo fe que la paranoia terminará cuando se avecinen las amenazas propias del nuevo milenio.
Maximiliano Hidalgo Ederman Cientista Político circuloacton@gmail.com
Urbanizar zonas rurales
Me parece bien que autoridades y legisladores estén preocupados de la regulación y protección de los humedales, sin embargo a mi parecer existen otros problemas tanto o más graves que las zonas inundadas llamadas humedales.
Me refiero a las tierras agrícolas, zonas urbanas cercanas a los pueblos y ciudades de nuestro país, en donde cientos o miles de hectáreas de suelos productivos se están convirtiendo en condominios y poblados donde la mayoría de ellos se han construido sin ningún permiso, sin regulación de ningún tipo, sin plantas de tratamiento de aguas servidas, sin permisos de edificación, ni hablar de estudios de impacto ambiental o impacto vial.
Por otro lado en zonas rurales por ley, el tamaño mínimo de subdivisión de terrenos es de 5.000 metros cuadrados, pero como dice el dicho " hecha la ley hecha la trampa", se venden acciones y derechos de un terreno para varias personas en un terreno de media hectárea y al cabo de unos cuantos año la regularizan la propiedad.
¿Alguien se preocupará del tema o será políticamente incorrecto abordar este tema?
Javier Kullmer javier.kullmer@gmail.com
Sobrecarga académica
Se ha abierto un interesante debate en torno a las escuelas de arquitectura y la forma de abordar el Taller, instancia que suele ser el pilar en la formación de un arquitecto.
Como académico y director de carrera lamento tener que reconocer que las afirmaciones de sobrecarga son ciertas y lo que más preocupa es la aceptación de una comunidad que lo ve como normal.
La mejor manera de evitar episodios de estrés es lograr una motivación personal de manera que el trabajar en el proyecto sea a partir de una pasión por hacerlo bien y de comprender los aprendizajes o competencias adquiridas. Muchas veces la magia de lograr algo -a veces inesperado- regala tiempo sin darse cuenta.
Uwe Rohwedder Director de Arquitectura U. Central