Los cambios de temperaturas y la exposición al frío afectan a varias partes de nuestro cuerpo incluido el oído.
Gloria Sanguinetti, fonoaudióloga de los centros auditivos Gaes, destaca -a través de un comunicado público- que es importante cuidar la salud auditiva durante este período del año, ya que es frecuente que en invierno la faringitis, la influenza o un simple resfrío vayan acompañados de rinitis e incluso de otitis.
La fonoaudióloga explica que el oído se encuentra conectado con la garganta mediante un tubito llamado Trompa de Eustaquio, que tiene como función mantener la presión dentro del oído así como de mantenerlo seco permitiendo el flujo de líquido del oído a la garganta.
"Cuando tenemos influenza o un resfriado, la Trompa de Eustaquio puede llegar a inflamarse o llenarse de secreción por lo que no podrá realizar adecuadamente su función y en el oído medio comenzará también a acumularse moco o líquido. Si esto sucede, las personas pueden sentir que tienen el oído tapado y hay una sensación de congestión nasal así como una posible disminución en la audición".
Prevenir una infección
El líquido dentro de los oídos puede llegar a infectarse produciendo una otitis media o una inflamación de la zona media del oído como consecuencia de la contaminación de bacterias o virus.
"Incluso la infección puede crecer tanto que busca una salida en forma de pus a través del tímpano. Esto es a lo que se le conoce perforación del tímpano y el riesgo de una posible pérdida auditiva es más alto" afirma Gloria Sanguinetti. Durante la infección de oído, en algunas personas puede haber una disminución auditiva importante, sin embargo, si la infección se trata y desaparece, en la mayoría de los casos, la audición vuelve a la normalidad.
Es importante acudir al médico si la influenza persiste porque muchas veces a estas infecciones no se les da el cuidado que requieren, se vuelven crónicas y pueden llegar a ser una de las causas de pérdida auditiva de manera permanente.
Un diagnóstico oportuno puede mejorar la vida de un paciente con cefalea
Pese a que no hay datos certeros sobre el impacto de la cefalea en Chile, según estudios internacionales cerca del 12% de la población mundial podría ser migrañosa. Con eso, si uno estima que en nuestro país hay cerca de 17 millones de personas, la población que pudiese padecer esa enfermedad llegaría al menos a 2 millones de chilenos.
El problema es aún mayor considerando que la población de riesgo son adultos que se encuentran en la etapa más productiva de su vida. De hecho, según cálculos que manejan los especialistas de RedSalud, una fracción cercana a la mitad y las tres cuartas partes de los adultos de entre 18 a 65 años sufrieron una cefalea el último año.
No es todo. Los datos apuntan a que 30% de los adultos a nivel mundial ha padecido una migraña durante este último año. A veces los dolores tan fuertes que incluso pueden convertirse en invalidantes, pues aquellos que padecen cefaleas muchas veces deben interrumpir su vida social, actividades académicas o laborales, ya que es muy difícil determinar su diagnóstico.
Según explicó a través de un comunicado público el doctor Raúl Juliet, neurólogo y coordinador del equipo del nuevo Centro Avanzado de Cefalea de RedSalud, la primera gran barrera es llegar a un diagnóstico certero. Ello porque quienes padecen estos cuadros de forma frecuente o intensa muchas veces pasan largos períodos de consulta antes de detectar su cuadro correctamente.
En ese sentido, un buen examen requiere de la búsqueda de desencadenantes o gatillantes de una cefalea considerando la recopilación de datos de la edad de comienzo de los dolores, la evolución que haya tenido, la duración y frecuencia de cada episodio, la hora del día, la localización, entre otros.
"Es importante que la atención que se entregue al paciente sea integral, a través de un equipo multidisciplinario que cuente además con nutricionistas, psicólogos, psiquiatras, kinesiólogos y hasta odontólogos, para dar una respuesta oportuna y eficiente a nuestros pacientes", explica el especialista.