800 niños asistieron a los conciertos del Quinteto Meli durante tres meses
PROYECTO. Músicos de Valdivia visitaron colegios rurales de Los Ríos, con la idea de formar audiencias y promover el arte.
En la Escuela Bernardo Felmer Niklitschek de Lanco fue el último concierto educacional del Quinteto Meli, que gracias al recursos del Fondo de la Música dedicó tres meses a recorrer diversos establecimientos educacionales de la región.
En abril, mayo y junio, los intérpretes valdivianos visitaron 16 colegios y tocaron para 800 niños. Las intervenciones fueron como parte del ciclo "En la música imagino y aprendo", que además de conciertos, consideró el compartir experiencias y la posibilidad de que los escolares conocieran en detalle las implicancias de hacer música. La iniciativa fue desarrollada por los estudiantes del Conservatorio de Música Uach Diego Coronado (cello), Camila Villar (violín), Victoria Salazar (flauta), Cristóbal Altamirano (violín) y Hernán Carrasco (contrabajo).
Propósito
Para la iniciativa fueron escogidas escuelas rurales, algunas de las cuales nunca antes habían recibido a un artista en sus aulas. Al menos así ocurrió en Linguento (Mariquina).
"Estuvimos en lugares donde los niños por primera vez tuvieron la oportunidad de escuchar música en vivo. Reaccionaron de una manera increíble, con una tremenda capacidad de asombro donde todo les llamaba la atención. Desde el tamaño de los instrumentos, hasta el descubrir que a través de la música se pueden contar historias", dice Altamirano. Y agrega: "Nuestro propósito fue descentralizar el arte, ayudar a formar audiencias y fomentar la cultura y nos dimos cuenta que pese a los tiempos que corren, aún hay sectores que se mantienen aislados".
Vínculos
Los conciertos viajeros fueron por la 12 comunas de Los Ríos, en sectores como El Salto (Los Lagos), Pitriuco (Lago Ranco), Pufudi (Mariquina) y Carboneros (Corral). Cada lugar fue escogido en coordinación con la Secretaría Regional Ministerial de Educación y por contactos personales de los músicos locales.
"El balance general es positivo y siento que pudimos aportar en algo, a la educación de los niños y el interés que pueden llegar a tener por la cultura", dice Cristóbal Altamirano. Aunque la propuesta fue exitosa, un accidente en el traslado de los instrumentos destruyó parcialmente el contrabajo de Hernán Carrasco. Por ello es que durante el desarrollo del proyecto, el quinteto se propuso reunir fondos para costear la reparación y así terminar la itinerancia de buena manera.