Alimentación y disfagia
La disfagia es la sensación o dificultad para transportar el bolo alimentario (alimentos, líquidos y saliva) desde la boca hasta el estómago. La prevalencia de disfagia en los adultos mayores es elevada y se presenta en un 90% de las personas que han sufrido accidentes vasculares.
Los adultos mayores con disfagia, sufren varias dificultades al momento de alimentarse, por lo tanto, prefieren evitar algunos alimentos, lo que trae como consecuencias problemas de malnutrición, deshidratación y respiratorios.
La alimentación en estos casos exige que la textura de los alimentos sea de consistencia puré, excluyendo los aliños, picantes, sabores ácidos o muy salados. El puré licuado debe ser suave, sin pepas, hilos, pieles o grumos. En el caso de disfagia a líquidos, se recomienda ingerir líquidos con espesantes para conseguir la textura tolerada (néctar, miel, natilla), para lo cual se pueden utilizar espesantes disponibles en el hogar (gelatinas, harinas y cereales) o comerciales. Se recomienda ofrecer alimentos a temperatura fría o caliente ya que los estímulos térmicos favorecen la acción e tragar, y en porciones pequeñas y fraccionadas para evitar la aparición de cansancio al comer y favorecer la ingesta.
Finalmente el acto de la alimentación deber realizarse despacio, en posición sentada y en un ambiente tranquilo para favorecer el proceso de deglución y nutrición del adulto mayor.
Massiel
Salazar
Directora
Nutrición UST Valdivia