"Torrencial Valdivia Trail ayuda a romper la estacionalidad del turismo"
NUEVO DESAFÍO. Líder de la institución que organiza la actividad apunta a la internaciona-lización de la prueba.
Procedente de Talca, llegó a Valdivia en 1989. La aventura que comenzó como mechona de Ingeniería Forestal de la Universidad Austral ya suma tres décadas y la transformó en una hija adoptiva de esta tierra. En este recorrido, hace 13 años Marcela Patricia Escalona Arias fue madre por tercera vez y la rutina elegida para su recuperación post natal la ayudó a descubrir el running y luego el trail, como disciplinas deportivas.
Hoy, a sus orgullosos 48 años de edad, la ingeniera forestal y además empresaria, puede contar que ha corrido 102 kilómetros en una prueba y que es la flamante presidenta de la Corporación Deportiva Nimbus Outdoor, organizadora de Torrencial Valdivia Trail, que cumple su quinta versión y que durante este fin de semana reúne a 1.625 deportistas por senderos y rutas de la Selva Valdiviana.
Marcela Escalona se autodefine como una mujer llena de planes, que le gusta comunicar, inquieta y amante de la música (asiste a clases de batería). De paso, recuerda que llegó a Valdivia por iniciativa de su padre, quien había estudiado en la UACh. Aquí conoció a quien es su esposo, Gonzalo Estévez, también ingeniero forestal. Ella trabajó inicialmente en el Infor y luego como matrimonio vivieron y trabajaron tres años en Lonquimay, continuaron labores en Manzanares, Curacautín y Los Lagos. En este último destino nació el primer hijo (Gonzalo), luego llegó Josefina y hace 13 años, Filomena completó el grupo familiar.
UN DESCUBRIMIENTO
¿Cómo se produjo su llegada al mundo del running y el trail?
-Luego de tener a mi última hija empecé a correr, como una necesidad de bajar de peso. Comencé en clases de acondicionamiento físico con el profesor Edgardo Bilbao, donde el calentamiento era correr en el Jardín Botánico. Me cargaba, pero me fui acostumbrando: primero una vuelta, después dos, cinco. Después corría en Simpson, en Silos de Torobayo, ida y vuelta a Niebla.
Hice mis primeros 21K, luego 42K, fui a correr a Uruguay. Formamos el club Circuito Sur, del cual fui fundadora y presidenta.
Y luego, la carrera no se detuvo...
-Así es. Seguí corriendo e incluso hace dos años llegué a hacer los 102 kilómetros del Vulcano Ultra Trail, en dupla con Carlos Mollenhauer. Nos preparamos y lo completamos en 22 horas, sin parar. Comienzas a las 11 de la noche y no paras. Solo hay algún alto para cambiarse ropa, comer y algún otro detalle. Es lo más loco que he hecho en mi vida y ahora estoy pensando en correr 160K, antes de cumplir los 50. Me quedan dos años.
Líder torrencial
¿Cómo llegó a Nimbus?
-Los nueve socios de ahora, antes pertenecimos al club Circuito Sur y hace cinco años, luego de una carrera Vulcano y cuando volvíamos en auto hacia Valdivia, a un socio se le ocurrió que podíamos hacer algo en la Selva Valdiviana. Después, en un entrenamiento Felipe Mena me comentó que iba a pasar algo bacán. La vamos a romper, me dijo. Les insistí tanto en saber de qué se trataba, que me incorporaron a las primeras salidas, a la formación de Nimbus y a la organización de Torrencial Valdivia Trail. Y hoy soy la presidenta, la única mujer entre nueve socios.
Desde esa perspectiva de género, ¿qué siente al ser líder de un grupo en que es la única mujer?
-Durante toda mi vida he trabajado con hombres. En la universidad, la mayoría de mis compañeros eran hombres. Siempre me planteé ese desafío. Además, tengo mucha fuerza física e incluso puedo hacer trabajos pesados, como cortar leña. Me he interiorizado de cómo piensan y cómo trabajan los hombres. Me he educado en la forma de trabajar con ellos. En la Corporación (Nimbus), mis ocho compañeros son gente versátil y estamos muy bien afiatados. En organizaciones así, las mujeres podemos colocar el lado más cariñoso y somos más empáticas con las personas. A los hombres les cuesta más, porque una mujer ve y va más allá de lo básico.
¿Cuál cree que es el aporte de Torrencial a la región, más allá del ámbito deportivo?
-Creo que es muy importante y así lo entendió la municipalidad, que nos entregó un respaldo importante. Logramos mostrarle a varios auspiciadores lo que significa Torrencial en Valdivia. Hablamos de que en un fin de semana entran más de 500 mil dólares por concepto de visitantes, ocupación de camas, consumo en restaurantes y el comercio local. Son una serie de acciones que ayudan a romper la estacionalidad, ya que en Valdivia el turismo se concentra en el verano.
Esto no es la panacea, pero sí un aporte importante, porque no son muchos los visitantes en esta época del año.
Características
¿Cuál es el análisis que realizan como organizadores del circuito Columbia Challenge, cuya última etapa es precisamente Torrencial?
-Es el cierre del circuito que comienza en Pucón y sigue con Huilo-Huilo, donde tenemos muy buenos exponentes peleando los cupos por ir al Ultra Trail du Mont Blanc en Francia, o por ir a competir a Brasil. Esta característica hace que recibamos una mirada especial, porque somos la única carrera que entrega el premio para Mont Blanc. Muchos corredores vienen por ese cupo. Todo culmina con los 1.625 corredores que tenemos este fin de semana. La carrera más masiva de Chile se hace en Santiago, pero a Valdivia llega gente de todo Chile, de Argentina, Brasil, porque se ha hecho el trabajo de embajadores. Fuimos a Río de Janeiro y vamos a ir a Perú, para que miren hacia Valdivia y vengan a correr.
¿Cuál es el principal desafío que tienen ahora como organizadores de Torrencial Valdivia Trail?
-Lo primero es internacionalizar la carrera y cuesta bastante, aunque ahora tenemos más herramientas y queremos armar mesas de trabajo.
Nosotros no vivimos de esto, por lo que hasta ahora hemos ido golpeando puertas de amigos y conocidos, sensibilizando, para que comprendan que se trata de turismo deportivo, en el cual ganamos todos. La internacionalización también puede ir por el hecho de tener los 100K y en eso estamos trabajando, porque provocaría que muchos corredores vengan acá a buscar puntos para otras carreras y así podamos abrir la prueba hacia el exterior. También, a través de nuestras salidas hemos ido observando otras carreras, sacando lo bueno y viendo lo malo. Por ejemplo, hace poco estuve en Ushuaia (Argentina), que es una prueba increíble, pero ahí te das cuenta de lo difícil que es tener una carrera segura. No la pasé muy bien, hasta tuve un principio de hipotermia.
Experiencias como esa hacen que nos preocupemos más de la seguridad, por ejemplo.
¿Qué aspectos de Torrencial deben mejorar?
-Somos muy exigentes y siempre queremos tener al corredor lo más cómodo posible, entendiendo que la seguridad es esencial. Hay preocupación por las marcas, tenemos 200 kilómetros de marcaje, cuerdas en los ríos y motos en los caminos, porque está el riesgo de perderse. Eso puede pasar y hay corredores que se han perdido. Han sido pocos, pero pasa. Nuestra preocupación es que la persona no se sienta sola en el camino. Estamos preocupados de que la experiencia de los corredores sea la más satisfactoria posible, que terminen felices y con ganas de volver.
Además de la seguridad, nos preocupa que se sientan acogidos y lo pasen bien ellos y sus acompañantes. En el fondo, nuestro objetivo es que recomienden Valdivia, que la ciudad crezca turísticamente y que los dueños de locales comerciales atiendan bien a estos invitados.
La seguridad en primer lugar
de la carreraLíder de la institución que organiza la actividad apunta a la internaciona-lización de la prueba.
¿Cuál es el mensaje que los organizadores entregan a los protagonistas de la quinta versión de Valdivia Torrencial Trail? Marcela Escalona no duda un instante: "Que deben venir con todos los materiales de seguridad que les recomendamos, porque este año seremos muy exigentes con eso. Deben cuidar su integridad física, para que así tengan la mejor experiencia y el resto nos lo dejan a nosotros. Queremos que lo pasen lo mejor posible y disfruten de las bellezas naturales que tenemos. Somos corredores y hacemos esto porque nos encanta".
"Estamos preocupados de que la experiencia de los corredores sea la más satisfactoria posible, que terminen felices y con ganas de volver. Además de la seguridad, nos preocupa que se sientan bien acogidos...".
1989 llegó suma Marcela Escalona como corredora. Todo comenzó por una decisión personal, luego de la maternidad. En su hoja de ruta anota una prueba de 102 kilómetros de recorrido.
a Valdivia, para estudiar Ingeniería Forestal en la UACh, estimulada por su padre. Desde entonces es talquina de nacimiento y valdiviana por decisión propia. integran la Corporación Deportiva Nimbus Outdoor. Ocho son hombres. Marcela Escalona es la única mujer y actual presidenta de la organización.