Claudia Muñoz David
El Santuario de la Naturaleza del Río Cruces y Chorocamayo ya cuenta con un plan de manejo. Ayer fue dado a conocer el documento, elaborado por Conaf en conjunto con la academia y la comunidad, y en él se definió que ocho de los elementos presentes en este Monumento Nacional fueran considerados prioritarios para la conservación.
Se trata de la vegetación ripariana, es decir, aquella que crece entre ambientes acuáticos y terrestres, los fondos someros y totorales, los cisnes de cuello negro, el huillín y la columna de agua. Mientras que desde el punto de vista cultural, se definió proteger el conjunto arqueológico y paleontológico presente, la red de movilidad fluvial y terrestre en el río Cruces y la memoria territorial.
El encargado de dar a conocer los detalles del plan fue el administrador y guarda parques del santuario, Mario Maturana, quien destacó que los principales objetivos de la planificación son "conservar la diversidad biológica y cultural del santuario reduciendo las amenazas, promoviendo la restauración y la recuperación de los objetos de conservación y también aumentando la protección. Además, se busca mantener y aumentar el bienestar de las comunidades locales y de los visitantes. O sea, que se pueda hacer conservación con desarrollo sustentable".
Las metas
Para esto fueron establecidos objetivos, los que se encuentran proyectados hasta el año 2028. Por ejemplo, en el caso de los cisnes de cuello negro, se espera que la población promedio anual sea igual o superior a la actual. Actualmente el promedio mensual es de 14 mil ejemplares. Mientras que con el huillín, se espera que el área ocupada por esta especie se mantenga o aumente. Actualmente existen dos zonas de monitoreo del huillín en el santuario.
Con respecto al conjunto arqueológico y paleontológico -conformado por 17 sitios catastrados, entre ellos el sitio San Luis de Alba- se espera mantener su estado de conservación y mejorar sus calificaciones que actualmente -por su deterioro- las mantienen en estado regular.
amenazas
También fueron detectadas amenazas. Por ejemplo, el uso turístico y recreativo incompatible, la contaminación por riles y otros químicos, la presencia de la planta de celulosa, la tala ilegal del bosque nativo, la fauna exótica invasora, los proyectos inmobiliarios, el proyecto eólico Pililín, el tendido eléctrico, la falta de valoración en torno al bien patrimonial y el cambio climático. Este último ítem fue calificado como una amenaza muy alta especialmente para la vegetación, el cisne de cuello negro y el huillín.
Ante estos peligros fueron definidas 17 estrategias. Por ejemplo, ante el cambio climático se definió identificar a actores que estén dispuestos a participar en acuerdos de Producción Limpia, desarrollar un plan de sensibilización y comunicación incorporando la temática e incorporar un plan de educación patrimonial.
Para los proyectos inmobiliarios se estableció definir e implementar acciones de fiscalización y control en las áreas donde se estén ejecutando y generar procedimientos que permitan identificar de manera temprana estos proyectos.
Y en cuanto a la contaminación por riles se definió catastrar puntos críticos y elaborar propuestas para abordar la solución, definir actividades de fiscalización y control y acuerdos de Producción Limpia. El plan de manejo también incluye un plan de monitoreo.
Durante la ceremonia de lanzamiento del plan, desarrollada ayer en el Club de la Unión, el intendente César Asenjo destacó que "nos sentimos orgullosos de presentar este plan de manejo que fue elaborado de manera participativa y con un profundo compromiso por la conservación de un lugar tan maravilloso como lo es este santuario de la naturaleza".
Mientras que el gerente de áreas silvestres protegidas de Conaf, Richard Torres, resaltó el desarrollo del proceso. "Nos propusimos hace algunos años trabajar con el sistema de estándares abiertos, que nos obliga a una real participación en la elaboración de los planes de manejo y hoy estamos viendo el resultado de ello".
Por parte de la comunidad, la representante de la directora territorial de Comunidad Humedal, Luisa Aros, aseguró que "aunque en el pasado el humedal nos produjo un gran dolor, hoy nos llena de alegría porque nos entrega un hermoso paisaje. Existen quienes lo respetan y quienes no, lo que nos obliga a tener normas establecidas para cuidarlo" .