Hay inquietud, y también divergencias, entre los principales gremios empresariales por los proyectos que buscan reducir las horas semanales de trabajo.
Así quedó nuevamente en evidencia luego de que los líderes de las más grandes agrupaciones de empresas se reunieran ayer con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, para abordar la iniciativa del Gobierno, que propone 41 horas semanales en promedio, y también la de la diputada Camila Vallejo (PC), que plantea 40 horas por semana.
"100% alineados"
Al salir de la cita, el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, expuso: "Estamos ciento por ciento alineados. Como dijo el presidente de la CPC (Alfonso Swett), este es un tema sistémico, complejo y no puede abordarse a través de un proyecto de ley que tiene una línea como el de la diputada Vallejo… hay que considerar un montón de variables. No hay duda de que nos alineamos con el desafío de modernizar el Código del Trabajo para que incorpore mayores grados de flexibilidad".
El líder de la CPC -Confederación de la Producción y el Comercio, de la que la Sofofa es una de las seis asociadas-, Alfonso Swett, dijo que se requiere un análisis técnico, que mida el impacto que tendría una reducción de la jornada laboral de los trabajadores.
"La discusión respecto de los dos proyectos la hemos mirado como una batalla comunicacional (...) Sabemos por nuestros estudios que los proyectos en discusión afectan el PIB potencial de Chile en los próximos 10 años entre un 0,3% y un 0,5%, pero, de una vez por todas, pongamos los estudios (...) Hacemos un llamado a la prudencia, a la responsabilidad y, por favor, pongamos esos estudios sobre la mesa", pidió Swett y dijo: "Nuestro rol no es ser pesimistas ni optimistas, nuestro rol es ser realistas. La pista está más difícil y tenemos que trabajar con responsabilidad, hoy tenemos que trabajar más, mucho más y más unidos".
Larraín Matte añadió que no se trata simplemente de rebajar la jornada, porque esto "puede ser costoso para la economía" y "para el crecimiento potencial". Según afirmó, están abiertos a debatir, pero con perspectivas técnicas. "Por eso asignamos tanta importancia a que el proceso político mejore su estándar. Vemos múltiples mociones parlamentarias que no tienen un derrotero donde se ponen los antecedentes técnicos sobre la mesa", dijo.
El timonel de la Cámara de la Construcción, Patricio Donoso, sostuvo que "no es responsable" dar opiniones sobre algo que no se conoce en profundidad y que debería ser determinado por estudios. Otro gremio, el agrícola, rechazó ambas iniciativas. "Ninguno de los dos proyectos, el de las 40 horas o el de 41, resuelve el problema de la agricultura", que tiene "una forma diferente de trabajar donde la flexibilidad no es fácil de aplicar", argumentó Ricardo Ariztía, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura y extimonel de la CPC.
Aseveró que por ahora solo ven malos proyectos: "Los dos (son malos) Lo dejo hasta ahí para evitar discusiones que no llegan al fondo de la situación. Así como están presentados, de manera improvisada, no son (...) un buen proyecto para los trabajadores".
41 horas semanales en promedio, con un máximo de 10 por día, propone el Gobierno.
40 horas semanales propone el proyecto de Camila Vallejo, las que se pueden distribuir en 5 o 6 días.
250.000 empleos podrían perderse de aplicarse el proyecto de Vallejo, dijo el ministro de Hacienda.