Que no gane la indiferencia
Desde hace 22 años, TECHO-Chile ha trabajado por mejorar la calidad de vida de miles de familias que viven en realidades de exclusión.
Para lograr este objetivo es que trabajamos semana a semana con jóvenes voluntarias y voluntarios en las comunidades asentadas en campamentos a lo largo de todo el país, con el fin de construir ciudades justas para todas y todos.
Compartiendo con las familias y conociendo su realidad, nos hemos dado cuenta que los campamentos son un síntoma de un problema mayor, de una enfermedad que está en la ciudad: la exclusión e injusticia social.
Hoy en Valdivia trabajamos codo a codo con 5 comunidades y con más de 70 voluntarios secundarios y universitarios. Muchas de estas familias llegan a vivir a campamentos por situaciones extremas: arriendos muy altos, hacinamiento en espacios reducidos, allegamiento, entornos de violencia y narcotráfico, entre otros factores.
Todas y todos somos responsables de cambiar las cosas, ¿Pero cómo lo cambiamos si no conocemos esta realidad a pesar de que habitamos en la misma ciudad?
Como TECHO-Chile hacemos el llamado a que no nos gane la indiferencia, y que nos comprometamos con las familias que hoy nos necesitan.
Hasta el 13 de septiembre, estaremos en la campaña "Que no nos gane la indiferencia" en la que posicionaremos historias reales de familias que viven la exclusión, familias que podrían estar a la vuelta de nuestras casas, familias que habitan en una parte de la ciudad que parece ser invisible.
Esperamos que estas historias nos motiven a colaborar, construir y compartir por una ciudad más justa y más humana para todas y todos.
Teresita Ramaciotti Directora Regional TECHO-Chile
Jornada parcial y estudiantes
Desde septiembre próximo entrará en vigencia la Ley 21.165 promulgada el 18 de Julio pasado, luego de sortear un debate democrático en el Congreso, que logró disipar las dudas generadas frente a esta iniciativa, dejando atrás la desconfianza y la carga prejuiciosa que se instaló cuando el proyecto irrumpió en la agenda laboral.
Estudiantes entre 18 y 24 años de edad, que se encuentren cursando estudios regulares o en proceso de titulación, podrán continuar desarrollando sus actividades laborales parciales o acceder a ellas, ahora de manera formal, con un contrato oficial que le ofrecerá beneficios en salud y seguridad social, sin perder otros, por su condición de carga de sus padres ni los obtenidos por condición socioeconómica en los planteles que frecuentan.
El estudiante trabajador tendrá derecho a un permiso sin goce de remuneraciones con ocasión de rendir sus exámenes académicos, mantendrá su calidad de causante de asignación familiar, gozará de los beneficios en caso de un accidente laboral de trayecto y sus remuneración no se considerará como renta para efectos de determinar su condición socioeconómica o la de su grupo familiar, para el acceso a distintos tipos de financiamiento educacional.
Como lo dispone el artículo segundo transitorio de la Ley, las disposiciones que ella contiene serán evaluadas durante los tres primeros años por el Consejo Superior Laboral con el fin de establecer enmiendas si se estimaran necesarias. Dicha evaluación considerará especialmente el cumplimiento y fiscalización de la normativa, el efecto en los resultados académicos de los beneficiarios y el impacto de este tipo de contratación en los trabajadores en general.
A todas luces nos parece positiva esta legislación pensada en jóvenes que necesitan alternar trabajo y estudios para lograr sus objetivos profesionales.
Feda Simic Seremi de Trabajo Los Ríos
Ley "Machuca"
Recientemente la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados aprobó el denominado proyecto "Ley Machuca", el cual establece que los colegios particulares deben tener una cuota del 30% de su matrícula para admitir a escolares de los cuatro primeros deciles de ingreso, con el objetivo de promover la integración social. La propuesta plantea que esos escolares serán eximidos, totalmente, del pago de los valores que mensualmente se deban efectuar, así como también de las cuotas de incorporación por lo que el costo de admisión correría por cuenta del propio establecimiento.
Ahora bien, más allá que el proyecto trate de ser parte de una solución, está lejos de serlo, porque no se hacen cargo del fondo del problema: la mala calidad de la educación pública, aquella que se imparte en establecimientos cuyos estudiantes están insertos en contextos de alta vulnerabilidad social, económica y cultural, justamente los que están en esos cuatro primeros deciles.
Si lo que queremos es, verdaderamente, resolver el problema de inequidad en educación, problema endémico de Chile, esta iniciativa lo que hace es reconocerla y reafirmarla. Por ello la solución es de fondo y no es adecuado seguir generando paliativos que den una ilusión de justicia social y que terminen siendo inviables.
Por. Rafael Rosell Aiquel Rector U. Pedro de Valdivia