En 1842 Chile tomó una decisión estratégica de gran alcance cuando se crearon las primeras Escuelas Normales, cuya misión fue cambiar forma y fondo de la educación primaria, tanto en las ciudades como especialmente en los sectores más aislados del territorio, donde miles de niños y niñas perdían la oportunidad de educarse debido a la distancia y lejanía en la que vivían. Fue así como estas escuelas fueron formando una comunidad nacional más culta y capacitada con personas de sólidos conocimientos, no sólo técnicos, si no que artísticos y oficios claves para mejorar oportunidades laborales de sus alumnos. Muchos de los profesores normalistas de aquella época dominaban un arte especial, tales como las letras o la música, las cuales con el tiempo se transformaron en una valiosa forma de enseñanza.
Este método se aplicó en todo el territorio nacional, teniendo un alcance superior al que muchos imaginaron. Fue así como en 1896 se creó en Valdivia, la "Escuela Normal Camilo Henríquez", sede de miles de jóvenes provenientes de lejanas localidades del sur para ser profesores y líderes sociales de todas las comunidades en las que trabajarían.
Lamentablemente, en 1973 se decidió que la educación básica debía ser responsabilidad de las universidades, despreciando todo lo que los Profesores Normalistas habían creado por años en Chile. La "muerte" de la educación normalista ocurrió en 1974, poniendo fin a más de un siglo de trayectoria que cambió la esperanza de progreso social de las familias pobres.
No fue hasta el 2005, donde la instrucción obligatoria promulgada el 26 de agosto de 1920, vino a reconocer todo el esfuerzo de aquellos profesores que con tal de enseñar recorrían kilómetros para llegar con libros, un violín y un serrucho o martillo a esos niños que con ansias los esperaban…Por fin se hacía justicia, decretándose el 26 de agosto como el Día del Profesor Normalista.
Quedan pocos de esos (as) grandes Quijotes que nos abrieron a un mundo mejor, y a través de ellos debemos seguir valorando su impronta. Ahora que estamos ad portas de entrar a la primavera, demostrémosle nuestro cariño y admiración a todos esos hombres y mujeres que con esmero y paciencia nos educaron para ser las personas que hoy somos. Muchas gracias Profesores Normalistas de Chile.
Iván Flores García
Presidente Cámara de Diputados