Con alegría y un espectáculo de primera categoría fue inaugurado el Teatro Cervantes, con dos galas que en total reunieron a casi mil 600 espectadores durante el reciente fin de semana.
Fue una bella fiesta y una excelente forma de celebrar la recuperación de un espacio icónico de Valdivia, abierto al público por primera vez en diciembre de 1935 como el recinto más importante del sur de Chile para eventos artísticos. Fue el cine valdiviano por excelencia, tarea en la que estaba cuando ocurrió el terremoto del 22 de mayo de 1960 y se convirtió casi en el único edificio que quedó en pie en la ciudad tras esa tragedia.
En los años 80 fue -y víctima incluso- de los cambios culturales, que lo transformaron en sala de eventos nocturnos, además de continuar con la exhibición de películas, hasta 2005 cuando fue cerrado. En 2008 lo compró el Gobierno Regional y comenzó la tarea de rehabilitarlo, que se extendió durante una década y demandó más de 7 mil millones de pesos en inversión, con fondos locales y aportes del ministerio de las Culturas, como también colaboración empresarial para la pintura de su fachada.
Ahora es un recinto moderno, con capacidad para 816 personas y habilitado con tecnología de punta para diferentes tipos de actividades, pero con especial énfasis en la música, decisión tomada con consultas ciudadanas y participación. Con ese remodelado rostro será el anfitrión de la inauguración del próximo Festival Internacional de Cine de Valdivia, en octubre próximo.
La administración del recinto estará a cargo de la Corporación Cultural y Patrimonial de Los Ríos, formada con ese objetivo tras definir un modelo de gestión, e integrada por municipalidades, universidades y otras entidades, que deberán velar por su proyección, programa y sustentación en el tiempo.
Sin dudas que esa es una tarea importante, que marcará la diferencia en el uso eficiente y constante del Teatro en beneficio de la comunidad. Es de esperar que se cuente con apoyo suficiente para desarrollar esa labor y se avance en la meta de devolver al Cervantes su sitial como un polo de atracción y difusión cultural en el sur de Chile.