El celular
Qué duda cabe del tremendo avance que hay en los sistemas comunicacionales. El celular hoy es un elemento, yo diría, indispensable en la vida de la inmensa mayoría de las personas, que nos permite realizar una gran cantidad de actividades y acciones, entre otras: trámites bancarios, compra y venta de artículos, entretención, música, comunicación, información.
Todo lo anterior es tremendamente positivo, dando respuesta a una gran cantidad de interrogantes, aliviado así el que hacer diario de las personas.
El problema, a mi modesto modo de entender es que cada día esta sociedad es más dependiente de este aparato , transformándose éste en el amo de la sociedad del siglo XXI y nosotros sus esclavos.
Es común ver personas que toman locomoción hablando por celular (trabajo un colectivo), lo hagan todo el trayecto en voz alta , muchas veces discutiendo con alguién o tratando temas que a los demás no nos competen; otras escuchando su música , escribiendo, etc, etc.; pero todos pegados del bendito celular.. Siento que cada día somos más y más dependientes de estos aparatos, y siento que esto terminará muy mal. Esta sociedad que desde hace rato es muy individualista, con esta maravilla nos estamos transformando en robots, nos estamos deshumanizando.
Jaime Antonio Valdenegro Cortés javaldenegro@gmail.com
Juegos de antaño
Los juegos ayudan a los niños a asimilar la cultura en contexto; adquieren conocimientos, se relacionan con el entorno y con los demás. La generación que viene del siglo XX, donde me incluyo, solíamos jugar a tirar de la cuerda, al caballito de bronce, al emboque, al corre el anillo, a las escondidas, al "compra huevos", al luche, al "ha llegado carta", a la gallinita ciega, al "pillarse", al parir la chancha, a las naciones, a la rayuela, al runrún, a la payaya, al trompo, a encumbrar volantines, a la bolitas, al chiclín, al choclón, a los tres hoyitos, a saltar la cuerdas, a la carrera de caballos, para la cual usábamos palos de escoba, etc.
Ahora los niños, al igual que los adultos, usan los videojuegos, que no son ni buenos ni malos en sí, pero se puede convertir en una adicción a la larga. En China y Estados Unidos ya hay clínicas de desintoxicación donde se internan a estas personas para mejorarse de esta manía.
Mauricio Pilleux Dresdner mpilleuxpd@gmail.com
Ejercicio y obesidad
La obesidad como fenómeno ha estado presente desde épocas muy tempranas en la historia del ser humano, sólo hasta hace poco tiempo ha comenzado a considerarse como una enfermedad que necesita de atención especializada, a raíz del ritmo acelerado de aumento de casos de sobrepeso y obesidad tanto a nivel mundial como nacional. A tal grado ha sido el avance de la obesidad en la población que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la obesidad ha alcanzado la proporción de una epidemia a nivel mundial, representando de esa manera una vital amenaza para la salud (OMS, 2013).
Si observamos las prevalencias en población infantil, la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) publicó el mapa nutricional correspondiente al año 2018, donde se observa que el 23,1% de los menores de prekinder padece de obesidad, mientras que un 26,3% tiene sobrepeso; en primero básico la situación es similar un 24,4% presenta obesidad y un 27,4% presenta sobrepeso, esto quiere decir que, más del 50% de los infantes entre cuatro y seis años en nuestro país pesa más de lo que se considera normal para su edad. No obstante, existe evidencia que avala que alrededor del 50% de los escolares que fue obeso en su etapa escolar se convierte en adulto obeso (OMS, 2013), además de asociarse a una mayor morbilidad y discapacidad en la edad adulta (Aguilar Cordero, M.J. 2014).
De acuerdo a la OMS, ésta recomienda para niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad practicar al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa, duraciones superiores a los 60 minutos de actividad física procuran aún mayores beneficios para la salud. Por el contrario, el sedentarismo produce efectos negativos en los niños como el aumento de peso, no obstante, hay otro factor también involucrado y es la creciente prevalencia de tiempo que pasan con pantallas, ya sea viendo televisión o el celular, o jugando videojuegos (Anderson, Economos y Must, 2008: Leatherdale, Faulkner y Arbour-Nicitopoulos, 2010); la Academia Americana de Pediatría recomienda que se limite el tiempo de pantallas tan sólo a 1-2 horas/día. Ver televisión predice una menor condición física (Mota, Ribeiro, Carvalho, Santos y Martins, 2010), y esto resulta relevante porque existe evidencia de la asociación entre condición física baja y los factores de riesgo metabólicos (Ortega et al., 2008).
Debido a esta evidencia es que resulta imprescindible fomentar el tiempo que se destina a la actividad física y recreación en niños y a su vez limitar el tiempo destinado a las pantallas, ya que los hábitos de vida se establecen durante la infancia y es donde aún podemos intervenir. No es una tarea del todo fácil, pero es indispensable que los padres de hoy en día inviertan más tiempo en actividades que involucren el movimiento y la recreación.
Carol Flores, académica Educación Física Unab