"Las Huichas": cuando la muerte y los recuerdos no caben dentro de un ataúd
PRESENCIA. Cortometraje de Patricio Blanche está en carrera por un Pudú y en Valdivia es su premiere mundial.
En sus constantes visitas a Puerto Aguirre (provincia de Aysén), el cineasta Patricio Blanche escuchó una curiosa y particular historia: en islas Huichas, cuando los muertos no caben en un ataúd, les rompen las piernas. El ritual es por los efectos de la rigidez cadavérica y también porque muchas veces la estatura del fallecido no coincide con las dimensiones del féretro.
Teniendo como base esta práctica, Blanche desarrolló una historia de ficción donde un hijo enfrenta la pérdida de su padre en un lugar aislado. Y es cuando debe prepararse para el ritual fúnebre, que comienzan a salir a la luz los temas pendientes.
El relato está en "Las Huichas", cortometraje con el que el director fue seleccionado en la competencia de Cortometraje Latinoamericano del 26° Festival Internacional de Cine de Valdivia.
Daniel Candia ("Matar un hombre") y Alejandro Sieveking ("El club") son los actores principales del filme con locaciones como por ejemplo Caleta Andrade y Puerto Aguirre, donde en la realidad la muerte parece ser un tema incómodo.
"Hicimos visita a locaciones, tuvimos un par de lugares confirmados, pero cuando la gente se enteró de lo que trataba la película, comenzaron a negar los permisos para usar los espacios. Por ejemplo, muchos no querían que metiéramos un ataúd a una casa. El ataúd que usamos nos fue donado por una funeraria de Coyhaique y cuando nos correspondió levarlo envuelto, considerando la dinámica del lugar y sus habitantes, es que decidimos decir que simplemente estábamos cargando un refrigerador. Fue una forma de proteger el proyecto y de no entrar en conflicto con las personas que podían pensar que nos estábamos burlando de la muerte. Allá la gente es muy calmada, sensible y conectada con el tiempo y la muerte de manera diferente", dice el cineasta.
En terreno
Al igual que el protagonista de su cortometraje, Patricio Blanche también sufrió la muerte de su padre. Sin embargo optó por alejarse de esa posición al momento de plantear un filme en el que bien podría haber explorado sus propia transformación. "Preferí guardar distancia y no hacer de la obra algo demasiado personal. La película tiene fuerza propia en esa exploración de los misterios de la muerte y la forma en que las personas se comportan en relación a ella. Pareciera ser que se trata de algo de lo que solo se puede hablar en voz baja y como nosotros no podíamos socializar mucho el hecho de estar trabajando con un ataúd, terminamos por impregnarnos de la sensación de respeto a través del silencio", dice.
Catarsis
El año pasado el cineasta participó en la Ventana del Cine Austral del FICValdivia con su cortometraje "Ver de lejos". Fue durante esa visita al certamen que le comentó a su productor José Miguel Matamala de Artistas Felices, la idea detrás de "Las Huichas" que bien pudo terminar siendo un documental.
La realización se concretó en cinco días y antes de dejar la isla surgió un nuevo problema: nadie se quería quedar con el ataúd. Frente a la negativa de ser recibido por los habitantes del lugar, la opción fue quemarlo. De esta manera se consiguió un impensado nuevo plano para la película y también la catarsis de un proceso más complejo de lo previsto. Es que incluso, al principio, Alejandro Sieveking había rechazado el rol del padre que muere, pero que está presente con su hijo en los preparativos del funeral.
"El personaje nunca fue escrito pensando en él. Simplemente se trataba de buscar a alguien que pudiera actuar de muerto, pero que transmitiera una presencia poderosa. Para poder convencerlo, fue escrita otra escena en el guión que terminó siendo clave y que gracias a la cual decidió integrarse al equipo", aclara Matamala.
"Las Huichas" tuvo su estreno mundial el miércoles. A las 18 horas de hoy se podrá ver por segunda vez en el Cine Club de la Uach.