Administración del Teatro Cervantes
El icónico recinto valdiviano ha vuelto a brillar. Pero necesita una definición clara sobre su funcionamiento futuro. La idea es que el recinto funcione, abra sus puertas a la comunidad, pero con una guía clara y mirada de largo plazo. Sin improvisaciones.
Después de seis años de esperas y remodelaciones, que demandaron una inversión de casi 7 mil millones de pesos aportados desde fondos públicos, el Teatro Cervantes ha vuelto a ser un factor relevante para el éxito de actividades artísticas en Valdivia. Su inauguración con una gran gala lírica, la celebración del aniversario regional, la realización del Festival de Danza junto al Río y las ceremonias del Festival Internacional de Cine dan cuenta de ello.
Pero a pesar de que se encuentra ya en funciones y que tiene asignado un presupuesto inicial de $400 millones para gestión, aún no está del todo definida su administración. Tampoco se conocen los detalles formales del funcionamiento, como contar con un equipo estable de profesionales y técnicos que se haga cargo de sus instalaciones.
La recientemente creada Asociación Cultural Patrimonial de la Región de Los Ríos debiera definir esos lineamientos y aunar esfuerzos institucionales privados y públicos para su óptima utilización. Pero ella todavía no tiene una o un encargado. Según informaciones preliminares, en noviembre debiera oficializarse un nombre, para que trabaje junto a los veinte miembros fundadores de la entidad, entre los cuales se cuenta a representantes de las doce municipalidades, gobierno regional, universidades, empresas y organizaciones artísticas.
Es de esperar que así suceda, para que la institución pueda operar plenamente y elaborar su calendario de eventos. Ya es un poco tarde para tener altas expectativas para 2020, pues los grandes espectáculos a los cuales se debiera orientar la sala se proyectan con mayor anticipación; pero se podría calendarizar las actividades regionales. Por ejemplo, durante el verano se podría saldar la deuda que existe con la "Lluvia de Teatro" cuya versión 2019 simplemente no se realizó por falta de un escenario adecuado.
También se podría incluir el recinto, construido en 1932 e histórico sobreviviente del terremoto de 1960, en recorridos turísticos especiales ligados al patrimonio cultural valdiviano.
La idea es que funcione, abra sus puertas a la comunidad, pero con una guía clara y mirada de largo plazo. Sin improvisaciones.