Una de las situaciones más lamentables ocurridas en los últimos días y que ha causado mayor inquietud e indignación por parte de la comunidad, han sido las denuncias sobre apremios cometidos contra quienes participan en manifestantes sociales.
A nivel nacional se ha confirmado la investigación de 23 casos de personas fallecidas durante el estado de excepción constitucional (20 al 26 de octubre). En cinco de esos casos se identifica la acción de agentes del Estado en espacios públicos y dos ocurridas en lugares donde las víctimas estaban en custodia.
Además se ha iniciado causas por 1.506 heridos. Según datos oficiales, 947 de ese total son uniformados que han resultado lesionados.
En Los Ríos la Fiscalía se encuentra investigando 20 denuncias, presentadas tanto por particulares como por el Instituto Nacional de los Derechos Humanos (INDH) el cual, según su último informe, consigna 36 personas heridas, 21 de ellas con armas de fuego; pero 164 reportadas con lesiones en los servicios de salud.
Entre estas últimas se cuenta a un joven que -de acuerdo al informe del INDH- recibió balines en la cara y sufrió daño severo en uno de sus ojos (ver nota página 6).
Además se cuenta a otro joven agredido por policías y obligado a desnudarse dentro de un recinto policial.
El INDH Los Ríos ha presentado 12 querellas. De ellas son dos por violaciones, tres por torturas, seis por apremios y uno por amparo constitucional.
Por otra parte, la Corte de Apelaciones recibió 10 recursos de amparo durante el período de excepción y la intendencia ha interpuesto 13 querellas por los recientes hechos de saqueo y violencia.
Las cifras y los relatos son fuertes. Sobre todo porque hacen recordar oscuros períodos de la historia nacional que se creían ya superados. Da tristeza ver que no es así. Y que aún falta mucho por aprender.
En particular se entiende el rechazo a los desórdenes públicos que alteren la vida nacional o regional; pero nada de eso justifica el abuso contra la población.
Por lo mismo, es necesario que las investigaciones judiciales se desarrollen con rapidez y profundidad. También que se identifique y sancione a los responsables de la violencia, venga de donde venga.