En 2017, al Festival Internacional de Cine de Valdivia asistieron 33.278 personas. Y el año pasado, a la conferencia y festival Fluvial, llegaron más de once mil espectadores. En ambas instancias hubo inversión en servicios como por ejemplo alojamiento, alimentación y transporte.
Las cifras sirven para entender el posicionamiento y magnitud de ambos eventos; y son la confirmación de que el séptimo arte y la música son áreas que pueden dinamizar la economía local. Así también lo entiende Andrea Báez, académica de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral de Chile, integrante del Obervatorio de Economía Creativa y ahora, directora del II Seminario Iberoamericano de Economía de la Cultura.
Como licenciada en estadística por la Uach y doctora en economía aplicada por la Universidad de Valladolid, Báez es es una de las especialistas que el último tiempo se ha dedicado a analizar el impacto del arte, la cultura y el patrimonio, en la economía. En ese contexto es que se logró que Valdivia sea la sede de un inédito encuentro que tendrá 80 ponencias con investigadores de Brasil, Colombia, España, México, Estados Unidos, Portugal, Argentina, Reino Unido, Dinamarca y Chile.
Vínculos
Entender el mundo desde los números es una de las máximas de la profesional, quien al momento de cursar su doctorado en España enfrentó la idea de acercarse desde ese lenguaje al patrimonio.
"Entonces surgió el desafío de buscar metodologías para evaluar el intangible, traducirlo a un lenguaje económico y con eso generar insumos que puedan servir a los gestores culturales y quienes toman decisiones de inversión. En Chile hay pocos estudios sobre este tema, sin embargo se ha avanzado en materias como la relación de la cultura y el turismo, por ejemplo, a través de eventos como un festival de cine y su innegable impacto positivo en una ciudad", explica. Y agrega: "En general se trata de enlazar lo que está relacionado con cultura, con componentes cuantitativos, para conocer lo que mueve a las personas en ese sector y la vuelve además agentes de producción de bienes y servicio".
¿Cree que se ha logrado avanzar en la materia, considerando que posiblemente hace dos décadas este relación no parecía ser tan evidente en Chile?
- Corfo ha impulsado un poco esa mirada al percatarse de la importancia de la industrias creativas y se desarrolló una estrategia para visibilizar al sector considerando los aportes provenientes de distintas disciplinas. En la Región de Los Ríos, también ha sido fundamental el respaldo de la seremia de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Pese a ello, Chile está muy en desventaja con otros países que vienen haciendo lo mismo desde hace mucho antes.
¿Cómo ha contribuido la Uach a instalar el vínculo entre economía y cultura?
Para el seminario postularon 129 ponencias. Eso es una señal muy potente de que el tema tiene un alto grado de interés a nivel mundial y la universidad se suma a ello, no solo con la organización del evento, sino que también con la labor que se hace desde unidades como la Dirección de Vinculación con el Medio o con el hecho de que tengamos una Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación Artística.
¿Qué referente podría tener Valdivia en sus aspiraciones de fortalecerse como una ciudad que efectivamente genera movilidad económica desde la creatividad?
Claramente se puede aprender de otras realidades y atender a elementos en común que se pueden potenciar. Los seminarios sirven perfectamente para entender cómo otros países o ciudades se han levantado desde la creatividad y de sus respectivos nichos. Por ejemplo, si hablamos de cine o de audiovisual, las locaciones son una gran fortaleza para Valdivia.
Pese a la evidencia de que efectivamente en la ciudad hay actividades masivas y que hay sectores que realmente generan movilidad, siempre está la limitación de los recursos para financiar dichos eventos desde el mundo público. La cultura y la ciencia son áreas afectadas por eso. Para avanzar es necesario demostrar los impactos positivos, pero también que quienes entregan los financiamientos estén en sintonía con esa idea.
Posicionamiento
En 2017 Frutillar fue reconocida por la Unesco como la primera Ciudad Creativa de la Música del país. Un año antes, Valdivia había logrado la designación de Capital Americana de la Cultura. Pero más allá del valor simbólico de distinciones de este tipo, cuál es el impacto real en el desarrollo económico de las ciudades.
"La identificación de elementos que definen a las comunidades, que en ambos casos provienen del mundo del arte y la creatividad, sirve para trabajar en polos de desarrollo. Y eso está asociado con la orientación de recursos para impulsar programas y diversas iniciativas en sintonía con el interés de las personas".
El posicionamiento mundial de Frutillar se logró en gran medida gracias a la labor de la Fundación Plades, que en el seminario de Valdivia tendrá el workshop "Ciudad creativa, modelo para armar". La idea es a largo plazo apostar porque la capital de Los Ríos también logre esa categoría en un área que por ejemplo podría ser el cine.
El encuentro local cuenta con el respaldo de Fomento Los Ríos y es parte de las acciones de la Red Iberoamericana de Economía de la Cultura, que es una asociación de investigadores y académicos en el ámbito de la economía y la cultura.
La primea versión del seminario fue el año pasado en Medellín (Colombia) y la opción de que en 2019 ocurra en Valdivia se logró gracias a las condiciones de la ciudad, el apoyo de Sernatur y la articulación del proyecto realizado por el equipo que lidera Andrea Báez en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas.
La profesional local, además de ser la directora del seminario, participará con la ponencia "El consumo de ocio y cultura en Chile", junto a Cristian Mondaca. Estará en la mesa temática referida a Consumo Cultural y Evaluación de Políticas que considera otras diez exposiciones de diversos expertos.