13 de diciembre de 1909
La noche triste, como la ha titulado el escritor José Pérez Valenzuela.
Poco a poco el año comienza a cerrarse, un año que sin lugar a duda ha quedado grabado en nuestra historia, y que en un par de años más será motivo de reportajes, tal como sucede hoy con el Tratado de Versalles, la muerte de Emiliano Zapata o el zarpe de la expedición de Hernando de Magallanes, entre tantos otros.
Nuestra ciudad también mira hacia atrás sobre todo en la medida que se acerca el año 2020 y con él la conmemoración de los 60 años del terremoto. Aquel sismo que en unos minutos derribó lo que se había construido en años, devastando a la ciudad y a su gente. Aunque el año 1960 no ha sido el único en el que nos hemos visto enfrentados a una tragedia y así como el 22 de mayo se encuentra marcado en el alma de los valdivianos, el 13 de diciembre también.
Cuando el entonces Fernando Guarda -actualmente Gabriel Guarda OSB- escribió el libro sobre la historia de Valdivia, publicado en el marco de la celebración de los 400 años de la fundación de la ciudad, sus palabras fueron: "Es finalmente, la fecha más triste en toda la historia de la ciudad. El siniestro que la consumió aquel día, el más grande acaecido en ninguna otra ciudad de Chile, marca un límite en el desarrollo de Valdivia y fue el acontecimiento que hizo cambiarla hasta dejarla como la encontramos actualmente". Siete años más tarde la tristeza volvería a apoderarse de la ciudad, pero ello, no lo podía visualizar el joven historiador.
13 de diciembre de 1909, la noche triste, como la ha titulado el escritor José Pérez Valenzuela fue la noche del gran incendio, y no fue el primero que asoló a Valdivia. Desde la época colonial han sido diversos los siniestros de este tipo, que -con mayor o menor intensidad- han afectado a nuestra ciudad.
En el triste amanecer del 13 de diciembre los valdivianos vieron devastada la hermosa ciudad. Tal como había sucedido en ocasiones anteriores, como el ave Fénix, Valdivia se levantó desde las cenizas. Tras el incendio se implementó un proyecto de modernización que modificó no sólo la arquitectura, sino también la traza urbana con el rebaje de la altura de la ciudad, la eliminación de callejones a los que se sumó también, la Instalación de alcantarillado. Uno de los edificios que simboliza ese renacer y la belleza urbana de Valdivia es el Club de la Unión, construido por Félix Corte en 1912. Así también, la Plaza de la República se modifica y entre otros, los tilos ocupan el lugar de los arces, desapareciendo así la antigua ciudad colonial.
Lorena Liewald Dessy Directora de Pedagogía de la U. San Sebastián sede Valdivia