¿Pensamos como hablamos?
¿Pensamos como hablamos? o ¿Hablamos como pensamos? En la vida diaria nos hemos formulado estas preguntas. Hoy sabemos que hay una ciencia del lenguaje que se preocupa de ello. Al menos en este espacio, es necesario reseñar su campo. Se trata de la "psicolingüística" que estudia lo que ocurre en la mente-cerebro cuando hablamos, comprendemos, leemos o escribimos. Ello es posible sobre la base de la facultad del lenguaje articulado, innata, y humana que nos diferencia de los demás seres vivos. Da cuenta de lo que ocurre en nuestras mentes cuando nos expresamos oralmente o por escrito.
Un psicolingüista observa, examina y evalúa nuestras producciones verbales; puede ser un lingüista y/o psicólogo interesado en examinar la relación entre el lenguaje y los eventos mentales (comprensión, producción, memoria, atención, imaginación, emociones, espiritualidad, etc.). Por lo mismo es que se puede asociar con la psicología, antropología, ciencias cognitivas, el amplio campo de la fonoaudiología y ciencias de la comunicación.
(...) La psicolingüística debiera ocupar un amplio espacio en las mallas curriculares de las distintas profesiones, principalmente aquellas relacionas con pedagogías. No sería extraño entonces que pudiera tener un espacio destacado en algún departamento académico de nuestras universidades comprometidas con la formación de profesores, periodistas, ingenieros, profesionales de la salud, ciencias políticas, etc. De cualquier forma nos ayudaría a ser mejores ciudadanos y valorar los encuentros verbales de la vida cotidiana dedicando mayor atención a lo que entendemos y expresamos. L. Wittgenstein (1889-1951) escribió "los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente"
Omer Silva Villena osilvaville@gmail.com
Yo te respeto y discriminación
La discriminación es un tema latente en nuestro país. Hemos sido testigos de sus graves y dañinos efectos, en sociedades como la nuestra donde cuesta mirar al otro como un igual. Un tema que se asocia a derechos y dignidad y que, tras el estallido social del 18 de octubre, está más presente que nunca.
En este contexto, es positiva la iniciativa del Ministerio Secretaría General de Gobierno, donde se aborda esta temática a través de una campaña y la segunda encuesta Yoterespeto.cl. Sin embargo, lamentablemente solo apunta a "observar y analizar los avances de la población desde un punto de vista conceptual y de su conocimiento" de la llamada Ley Zamudio (Ley N°20.609"), lo que podría impedir una mirada amplia de lo que implica la discriminación, dejando fuera o no profundizando en sectores de la sociedad que la sufren a diario, como es el caso de las personas con discapacidad.
Pero, ¿qué es discriminación? "Es un trato diferente y perjudicial que se da a una persona por motivos de raza, sexo, ideas políticas, religión u otra condición". Este fenómeno social que puede hacer mucho daño, implica negarle a una persona o grupo humano acceso a derechos, bienes, servicios, sin tener una razón que lo justifique.
Entonces, cuando hablamos de medir la discriminación, debemos ampliar la mirada y sintonía con la realidad país. Debemos hacer más y mejor políticas públicas, que estén en sintonía con lo que viven las personas con discapacidad todos los días.
Por esto, me quedo con las palabras de la ministra Karla Rubilar, quien puntualizó - al lanzar esta campaña-, que en esta tarea "para lograr un Chile que tenga paz necesitamos que en nuestro entorno prevalezca el respeto hacia el otro. Así avanzaremos a ser el país que soñamos, donde todos seamos respetados e incluidos, con el convencimiento de que en Chile no sobra nadie".
Este esfuerzo es un primer puntapié, en el que es imprescindible participar. Invito a las más de 2 millones 600 mil personas con discapacidad y sus familias, a que respondan la encuesta yoterespeto.cl, relevar sus vivencias, para que en futuras consultas ciudadanas se amplíen los temas a tratar.
Andrea Zondek Presidenta de Fundación Tacal
Plan Salud Universal
Una de las demandas más palpables, sentidas y justificadas es por atenciones de salud dignas y oportunas. Han sido demasiados años de postergaciones que buscamos terminar a través del Plan Salud Universal, enviado al CongresoNacional.
En concreto, se extiende la protección financiera y plazo máximo de tiempos de espera - similar a lo que ocurre con las garantías del Plan Auge- al resto de las prestaciones, beneficiando a más de 14 millones de usuarios de Fonasa.
No habrá distingo entre género, edad, nivel de ingreso o condición de salud, ya que todos tendrán la misma prioridad de atención. No es una receta mágica y menos, la privatización del sector público de salud, cuya mejor prueba es que hoy el 99.6% de las 4 millones de prestaciones Auge se resuelven en la red de salud pública.
Desde el Ministerio de Salud, estamos fortaleciendo la red pública a través de un nuevo financiamiento, en donde se les pagará a los hospitales por soluciones de salud, incentivando la maximización de los recursos humanos y físicos, como el mejor uso de los pabellones quirúrgicos. Estamos reforzando y modernizando la salud de Chile, conscientes que los pacientes no pueden seguir esperando.
Arturo Zúñiga Subsecretario de Redes Asistenciales