Inglés: ¿bilingües?
No es extraño hoy seguir escuchando a "expertos" referirse a la importancia de esta lengua como herramienta de desarrollo profesional. ¿Ayudan algo al mejoramiento de la enseñanza-aprendizaje del inglés? A menudo suena más a "embrollo" que a motivación al hablar de aulas multisensoriales, uso de redes, no grammar, modo finlandés, inglés en inglés, teachers academies, jugando con los sentidos, fórmula de Lauridsen, la neurona lingüística, the rubber bell, the hilt of the sword aparte de otros "happenings" de vacaciones. Extraña forma de marketing o activismo. En lugar de orientar la enseñanza, confunden. Suman las disparidades entre las mallas que forman profesores de inglés. Hace varias décadas, que las "metodologías" han venido perdiendo su Norte por la sobre-confianza en tecnologías y cuestiones accesorias.
Desde las deficiencias en las metodologías, a la reclusión del inglés en "centros o coordinaciones de idiomas", el nivel académico de esta lengua se ha visto desmejorado al considerarse solo como "requisito de titulación", ¡lejos del bilingüismo! Las primeras, van desde la confusión de enfoques (teorías), métodos (camino hacia…) y técnicas (actividades) hasta el manejo de las contribuciones de la "lingüística aplicada" y la "psicología de los aprendizajes verbales": pilares fundamentales en una "metodología de enseñanza". Las teorías generales del curriculum algo aportan, pero son insuficientes. Los pasos de una clase para presentar, ejercitar y usar la lengua en situaciones comunicativas brillan por su ausencia por ende que las dificultades en la producción y comprensión de la lengua (oral /escrita) se incrementan al no considerar, el procesamiento cognitivo en la oralidad y la escritura.
Las expresiones más arriba mencionadas se confunden con lo que es un verdadero "enfoque comunicativo" o "enfoque natural". La confusión - dicho en lenguaje figurado - entre "anestesia y magnesia" sigue marcando rumbos equivocados.
Omer Silva Villena Exacadémico Uach /Ufro
Pactar y generar acuerdos
Como sabemos, la política es el "arte de lo posible". Esa definición conlleva el diálogo y la negociación, para alcanzar un propósito que satisfaga en alguna medida a las partes involucradas. Lo contrario es la imposición por la fuerza.
En el revuelto contexto actual, la política es más necesaria que nunca. La alternativa es la destrucción y violencia que desgraciadamente vemos casi a diario en nuestras ciudades, y que podría escalar aún más.
Sin embargo, el grave problema es que en estos días hay políticos que individual o colectivamente reniegan de la política y buscan imponer sus fines por la fuerza, directamente o dejando actuar a los violentistas con quienes comulgan el mismo credo. Afortunadamente, hay otros políticos conscientes de su rol y responsabilidad, frente a una ciudadanía que mayoritariamente quiere vivir en paz y democracia.
Estos últimos están poniendo en práctica la política en muy difíciles circunstancias y están buscando acuerdos para salir del peligroso contexto en el cual nos encontramos. ¿Cómo, con quienes y cuando se deben dar estos diálogos?, ¿Cuáles son los consensos que hay que privilegiar? Estas preguntas no son menores, en el escenario actual, cruzado simultáneamente por varias demandas y situaciones complejas, como la agenda de reformas sociales, un proceso electoral para definir una nueva Constitución Política para Chile, el hasta ahora fallido intento de restablecer el orden público y la búsqueda de la paz, respetando el acuerdo firmado el 15 de noviembre por la Ex Nueva Mayoría y Chile Vamos, del cual se excluyeron el Partido Comunista y buena parte del Frente Amplio.
Los sectores moderados, tanto de la derecha como de la izquierda, deberán tener claridad con quien(es) llegará a determinados acuerdos o pactos, con una mirada que debe trascender los cálculos meramente electorales.
Marta Canto Castro Juan Pablo Glasinovic Vernon
Violencia en la zona sur
Como SNA condenamos categóricamente los diversos hechos de violencia que han afectado a más de 300 agricultores de las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
Se trata de ataques incendiarios, toma a la fuerza de terrenos, peajes ilegales en las carreteras, entre otros, que están poniendo en riesgo el estado de derecho y la seguridad de los habitantes de esas zonas del país.
Con estos hechos la agricultura está en riesgo, ya que nuestros trabajadores no cuentan con la seguridad necesaria para cumplir su labor, clave en estos días de cosecha agrícola y faena forestal tan importantes para la recuperación económica de nuestro país.
Esta situación nos preocupa, por lo que nos pusimos en contacto con el gobierno para que se tomen acciones urgentes, que permitan resguardar la seguridad y garantizar la paz social. Hoy existe una sensación de desamparo generalizada que podría ser revertida con la presencia de mayor dotación policial y de mejores estrategias de inteligencia.
Ricardo Ariztía de Castro Presidente Sociedad Nacional de Agricultura