Actualmente la mayoría de los ciudadanos reclama no sólo ser escuchados, sino también ejercer sus derechos y libertades para acceder a bienes, servicios y recursos del Estado, lo que para muchos es sinónimo de asistencialismo.
El objetivo de las Políticas Sociales ha variado, no sólo para reducir la pobreza, también avanzar para corregir las desigualdades, distribuir mejor los recursos y una mejora del capital humano.
Hoy el grito de la calle es lograr mayores niveles de igualdad entre los diferentes sectores y la idea predominante es que los programas de inversión en capital humano, salud, previsión y educación asegurarían igualdad de oportunidades.
En lo que existe consenso casi universal, de acuerdo al Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD (2010) es en la imposibilidad de medir el éxito de un país o el bienestar de un individuo únicamente a partir de su ingreso.
Adichie Ch, una exitosa escritora de Nigeria, dice que las personas mantienen y defienden la verdad y creen que han llegado a ella de manera libre, pero en realidad muchas ideas están determinadas por estereotipos adquiridos por lo que llama "historias únicas".
Muchos actores sociales tienen una representación estereotipada de los problemas que afectan a las personas, describen la pobreza como un grupo que se quedó rezagado históricamente y sin acceso a los beneficios de la modernidad. Nos hemos acostumbrado a ver el atraso y la imagen parcial, cargada de injusticia social, lo que provoca efectos negativos pues nos acerca a sentimientos de desconfianza alejándonos de un verdadero derecho al desarrollo.
He sido testigo de muchísimas historias de personas que han materializado sus proyectos de vida, pero en la actualidad hasta se cuestiona que exista una vida "en normalidad".
El mayor aprendizaje que he tenido durante estos años, ha sido que muchas veces necesitamos a alguien que nos inspire. Que el principal recurso para ayudar es inspirar confianza. Hoy la calle grita, mientras la historia susurra la necesidad de poner el foco de la selfie para apuntar hacia la población y colaborar, resistir y escuchar. Colaborar significa ponerse al servicio de las personas, escuchar a los demás implica mantener la calma para no juzgar por lo que piensan. Resistir es no perder la esperanza ante lo que parece difícil resolver valorando los talentos de las personas. Volver la vista a las capacidades.
Patricia Ferrada Toledo
Directora carrera Humanidades Inacap Valdivia.