Pandemias y pobreza
Un nuevo tipo de Coronavirus -Covid-19- ha puesto una vez más en alerta al mundo, recordándonos que estamos sujetos a amenazas globales de salud. Hemos vivido pandemias que no fueron lo severas que parecían en un comienzo, como la H1N1 en 2009; brotes graves como el Ébola en África occidental en 2014; emergencia de enfermedades en zonas donde no existían, como difteria en 2017 y 2018 en Yemen; al riesgo de brotes epidémicos, que afecten a millones de personas, a partir de endemias como la malaria, el chagas o el dengue que, de tiempo en tiempo, vuelven a ser noticia y a generar preocupación global.
Junto a la permanente mutación de los agentes patógenos, los principales motivos que favorecen estas epidemias, guardan relación con la pobreza y las debilidades de los sistemas de salud, el procesamiento de los alimentos sin el debido control sanitario, la invasión de los seres humanos en hábitats que no les pertenecían, la penetración de animales domésticos en zonas de animales salvajes que contraen enfermedades que transmiten posteriormente a las personas, los conflictos sociales, las catástrofes naturales y el cambio climático, que agudizan las malas condiciones de vida de los grupos humanos.
El planeta se seguirá exponiendo constantemente a la amenaza de enfermedades, que pueden provocar catástrofes humanitarias, si no se toma conciencia del concepto de salud global y se trabaja por eliminar la pobreza y las desigualdades sociales.
Amenazas que se originan, se propagan y afectan mayoritariamente a personas y comunidades que viven en la pobreza. También ello sucede con las nuevas "pandemias" de problemas de salud no infecciosas, que algunos llaman de "transmisión social", por su fuerte asociación a la condición socioeconómica, tales como sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Estudios señalan una consistente relación inversa entre el nivel socioeconómico, la mortalidad y la limitación funcional, de tal manera que entre más pobreza se vive, menos años y mayor discapacidad.
El director de la OMS, al constatar que 3.500 millones de personas en el mundo vive en condiciones miserables y no tiene acceso a servicios de salud esenciales, señala que "en última instancia, la mayor amenaza para la seguridad sanitaria es la inexistencia de una cobertura sanitaria universal. La cobertura sanitaria universal y la seguridad sanitaria en el mundo, son las dos caras de la misma moneda". Mientras aún no logremos salud universal, a escala global, seguiremos de tiempo en tiempo, con distintos agentes o causas, sintiéndonos todos amenazados.
Osvaldo Artaza Decano Facultad Ciencias de la Salud, Universidad de Las Américas
José Zalaquett
Falleció hace pocos días un destacado jurista y académico chileno, don José Zalaquett.
Tras el golpe militar integró el "Comité Pro-Paz", más tarde la Vicaría de la Solidaridad, donde se hizo cargo del departamento legal. En días posteriores al golpe, presentó los primeros recursos de amparos en favor de los detenidos y fue defensor de las personas sometidas a Consejos de Guerra.
Por su labor en la Vicaría fue aprehendido por la Dina y trasladado a campos de detenidos políticos de "Cuatro Alamos", luego a "Tres Alamos" y, en abril 1976 fue expulsado del país. Estuvo 9 años en el exilio, período en que fue secretario general adjunto y después presidente de Amnistía Internacional.
Don José Zalaquett, una de las voces más respetadas en materia de derechos humanos a nivel nacional e internacional, integró en 1990 la "Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación", la que estableció la verdad histórica de lo ocurrido durante la dictadura.
Derico Cofré Catril derico.cofre @hotmail.com
Crisis sanitarias
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el brote de Coronavirus representa una emergencia de carácter global que se suma a otras que fueron declaradas en años anteriores, como la gripe H1N1, el ébola y el zika. En tiempos en que uno de los grandes difusores de información son las redes sociales y la tecnología en general, se vuelve completamente pertinente preguntarnos de qué manera los avances en la tecnología, específicamente la Inteligencia Artificial, pueden contribuir a evitar lo que fácilmente podría convertirse en una catástrofe mundial.
Uno de los principales aportes podría ser facilitar el acceso a la información actualizada y en tiempo real de los pacientes en lugares donde el virus se está expandiendo con mayor rapidez, aplacando de forma más efectiva el contagio.
De la misma forma, gracias a los avances en esta área se pueden construir diversos cruces y proyecciones, lo que impacta, por ejemplo, en una asignación más eficiente de recursos, medicinas o campañas preventivas. Como profesionales de la salud debemos aprovechar este tipo de oportunidades, aceptando la ayuda de la tecnología.
Frente a esta emergencia de carácter internacional, nos vemos situados en un punto de inflexión que puede determinar de qué forma las instituciones de salud en Chile deciden abrir paso a la digitalización y al uso de tecnologías basadas en Inteligencia Artificial.
Alfredo Almerares