Un 24.9% de los escolares de Los Ríos presenta obesidad y se encuentra expuesto a las enfermedades peligrosas y no transmisibles que genera la malnutrición por exceso en el largo plazo como la diabetes y la hipertensión. La cifra es preocupante, pero no es la más alta del país, esa condición se concentra en la regiones más australes: Los Lagos tiene un 25,9%; Aysén llega al 26,6% y Magallanes se empina sobre el 27,1%.
Los datos corresponden al Mapa Nutricional 2019, dado a conocer por el ministerio de Desarrollo Social y la Junaeb (Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas), en el cual se consigna que un 52,1% de los estudiantes del país presenta sobrepeso, obesidad u obesidad severa. Además alertaron sobre la información registrada en los quintos básicos, donde 3 de cada 5 niñas y niños presenta este problema. Y en esa etapa es complejo, pues los menores están ad portas de la pubertad y la adolescencia, años en los cuales esta situación se acrecienta y afecta aún más el desarrollo posterior de los jóvenes.
Lamentablemente, de acuerdo a los datos ministeriales, el problema se concentra entre estudiantes de sectores más carenciados y en las áreas rurales. Es decir, hay también un factor relacionado con las herramientas familiares para acceder a una mejor nutrición.
Conocer estos datos plantea un desafío importante desde el punto de vista de la educación, única vía para que tanto los alumnos como sus padres comprendan la importancia de una alimentación equilibrada y de no dejarse vencer por el sedentarismo, que muchas veces atrapa en medio del estrés escolar y de los prejuicios que se instalan respecto de los deportes desde temprana edad, internalizándolos como complejos o inalcanzables.
En este sentido son destacables los esfuerzos que realizan instituciones como los clubes de remo y el Club de Tenis Valdivia, que abren escuelas para todos los interesados y han buscado convenios con los colegios municipales y subvencionados.
Pese a esa voluntad hay un gran porcentaje que no accede a estas actividades y, por desconocimiento, tampoco aprecia otras alternativas de movimiento como válidas y útiles como realizar caminatas o andar en bicicleta. Hay tareas por realizar en este sentido y la educación -insistimos- debe cumplirlas.