"Me siento orgullosa porque gané un espacio vetado para las mujeres"
RECONOCIMIENTO. Hace 20 años lideró la lucha que permitió la llegada de voluntarias al Cuerpo de Valdivia. Fue premiada por el municipio.
Hace unas semanas Anabella Villegas (59) recibió de una conocida una invitación. Era para participar en la celebración del Día Internacional de la Mujer que estaba organizando la Municipalidad de Valdivia. Le pidieron que no faltara y aunque le pareció algo extraña tanta insistencia, no sospechó nada. Lo que no sabía era que el día de la ceremonia ella sería la protagonista. Recibió un homenaje por haber sido la primera mujer en integrarse al Cuerpo de Bomberos de Valdivia, lo que ocurrió hace casi 20 años. Fue algo que ella peleó tanto que incluso la llevó a los tribunales de justicia y a dar entrevistas a medios locales y nacionales. El premio entregado por la municipalidad fue una sorpresa que hasta la hizo llorar.
Anabella Villegas Candia nació en Puerto Montt. Cuando tenía unos 20 años su hermano Carlos se hizo voluntario de bomberos. Cada vez que se escuchaba una sirena en la Población Manuel Montt ella y su hermana Gladys lo ayudaban a vestirse. Él salía rápidamente y ellas se quedaban en casa, emocionadas, esperando su regreso y tranquilizando a sus padres. Años después se casó con Mario Rosales, quien también es bombero, tuvo dos hijas y se trasladó a Valdivia.
Cuando ella estuvo a punto de cumplir los 40 años decidió ingresar como voluntaria a la Tercera Compañía de Valdivia, ubicada en picarte, la misma a la que asistía su esposo. Estaba en medio de los trámites y las instrucciones, pero desde el Cuerpo de Bomberos le indicaron que las mujeres no podían entrar. Ahí comenzó su lucha, que llegó hasta la Corte de Apelaciones.
-¿Por qué quería ser bombero?
-Yo veía que mi hermano, y después mi esposo, llegaban tan satisfechos contando que habían logrado salvar la casa o a algún niñito y quería vivir esa experiencia. Hay mujeres a las que les gustan las damas del cáncer o la Cruz Roja, a mí me gustaba más la idea de servir a la comunidad desde Bomberos. También me gustaba la adrenalina de las sirenas, de ponerse el uniforme y subirse al carro.
-¿Qué hizo cuando le negaron el acceso?
-Comencé a indagar, a investigar. Por cosas de la vida llegué a la oficina de los abogados Momberg y Quintana y ellos me ayudaron. Pusimos un recurso legal por discriminación y llegamos hasta tribunales. Incluso en el mismo Diario Austral de Valdivia salió un titular que decía 'Mujer amenaza con incendiar el Cuerpo de Bomberos de Valdivia'. Yo no había hecho esa amenaza, pero era una metáfora de la situación que estaba viviendo, que causó mucho revuelo. En Chile ya habían mujeres bombero y este era el último club de Toby. Finalmente el Cuerpo de Bomberos hizo una votación de compañías. En la primera hubo un empate, en la segunda ganó el ingreso de las mujeres. Gracias a esa lucha subí a bombero en noviembre de 2001 junto con otra voluntaria, Teresa Muñoz.
-¿Qué le decían en su casa ?
-Al principio no fue muy fácil al interior de mi familia porque salían los titulares, después vinieron de Canal 13, de El Mercurio, entonces mi esposo comenzó a sentirse incómodo porque estaba haciendo eso con su compañía. A él nunca le dijeron nada, pero no debe haber sido fácil. Pero después hubo mucho orgullo, mis hijas me decían 'mamá, vamos, tú puedes'. Finalmente mi hija mayor, Loreto, ya lleva 18 años como voluntaria.
-¿Qué aportes agregaron las mujeres al trabajo bomberil?
-No todo es apagar un fuego, sino que también hay asistencia a las personas. Eso a veces se descuida un poquito porque la gente que está viviendo una situación tan fuerte como ver que tu casa se está quemando, lo que significa años de esfuerzo, entran en pánico y hay que tratar de calmar también esas cosas. Las mujer, tenga o no tenga hijos, tiene el instinto de protección, de ayudar y contener. La labor de la mujer es muy importante también en ese sentido. Debemos reconocer que físicamente vamos a estar un poco más en desmedro de los varones, aún cuando sí somos muy fuertes. Tampoco hay que subestimar la fuerza física de las mujeres.
-¿Cómo fue el ingreso a la Compañía?
-Tuve la suerte de que mis compañeros de bomba nos recibieron súper bien. Creo que ayudó que yo fuera la esposa de un voluntario, porque ya me conocían. Por lo tanto fue más fácil. Mis instrucciones fueron iguales a las de los hombres, tuve las mismas pruebas escritas y si debía subir a un carro corriendo tenía que hacerlo igual de rápido porque el carro no te espera si eres hombre o mujer. Nunca hubo grandes diferencias. También realice especializaciones, fui la primera mujer que hizo el curso de materiales peligrosos. En realidad lo más difícil estaba relacionado con el trabajo formal que tenía, porque para las mujeres bombero no había permisos especiales cuando había emergencias. A mí no me dejaban salir del trabajo.
-¿Recuerda su primer incendio?
-Fue un pastizal en la Yáñez Zavala. Los pastizales siempre tienen su cuota de peligro porque arde con mucha facilidad. Llegó un minuto en que nos empezamos a sofocar y solo podía ver el vapor. Yo no veía nada, solo pensaba que eso iba a pasar. Y así fue. Mis compañeros me daban fuerza.
-¿Durante cuánto tiempo fue bombero y cómo fue la experiencia?
-Alcancé a estar cuatro años. Siempre recuerdo a mis compañeros, quienes siempre me dieron la oportunidad de demostrar lo que podía hacer, siempre me apoyaron y ayudaron. Cuando decían que había que hacer algo yo insistía en hacerlo. A veces ellos aunque ellos me decían que mejor no lo hiciera, pero después me miraban y me decían 'te subestimé'. Ellos tenían el bonito gesto de reconocer que se habían equivocado, lo que no lo hace cualquiera. Ahora veo con satisfacción que hay hartas mujeres y trabajan de igual a igual. Para mí es un tremendo orgullo porque gané un espacio vetado para las mujeres, es un hito importante para la ciudad. Lo que queda es que ahora haya mujeres directoras, con cargos más altos. Falta más empoderamiento, ganar cargos de mando.
-¿Qué mensaje le daría a las mujeres que actualmente muestran sus demandas?
-Están corriendo otros tiempos, todo ha evolucionado. La mujer también lo ha hecho y ha sido capaz de aprender otras áreas que estaban prohibidas. Nosotras tenemos muchas capacidades y con esa fuerza de ser mujer tenemos que luchar para ganar espacios donde hasta ahora no podíamos ingresar. Muchas mujeres han levantado banderas de lucha para ganar el voto femenino, manejar maquinaria pesada, estar en una compañía de bomberos. Eso se puede seguir haciendo, con respeto, sin competir con nadie. Eso lo podemos seguir haciendo en igualdad, porque podemos hacer muchas cosas.