La globalización y las ciencias aplicadas han trocado de manera contundente el cómo realizamos nuestro trabajo y las dependencias o lugares donde lo hacemos. Una modalidad de diseño del trabajo que ha tenido un aumento substancial a nivel mundial es el "teletrabajo", también denominado "Home office".
Sistema de trabajo a distancia que suena con fuerza hoy, cuyo proyecto de ley fue aprobado y que sin duda debido a la contingencia mundial cambiará la forma de actuar y desarrollarse de las empresas e instituciones.
En nuestro país, es relevante un estudio realizado por el centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile, de octubre 2018 sobre el "Teletrabajo en el Estado de Chile: efectos y desafíos para su diseño e implementación", el cual refiere una implementación piloto de teletrabajo. En noviembre de 2018, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto impulsado por el Gobierno que perfecciona la regulación de los empleos a distancia. La iniciativa contempló incorporar un nuevo capítulo al Código del Trabajo, llamado "Del trabajo a distancia y teletrabajo", donde aparecen las normas que regulan esta modalidad de trabajo. Nueva ley que fue promulgada el martes por el Presidente, manteniendo así los derechos individuales y colectivos de los trabajadores.
Según datos del Ministerio del Trabajo, en Chile sólo el 1% de las empresas tenían teletrabajo. Sin embargo, un 48% de las empresas impulsó el teletrabajo entre sus trabajadores, según mediciones de la consultora Randstad, debido a las protestas.
Gerentes y profesionales de recursos humanos han destacado algunos de sus beneficios, tales como, un mejor balance entre el trabajo y la vida personal y familiar, reducción del ausentismo, retención de trabajadores valiosos, reducción de las huellas de carbono al minimizar el transporte diario, aumento de la productividad y, por ende, reducción del tiempo de oficina desperdiciado, disminución de costos y del espacio de oficina, entre otros.
Algunas claves para considerar en el logro del teletrabajo son: Identificar los puestos más apropiados para trabajar a distancia; habilidad para establecer prioridades, planificar el trabajo y administrar el tiempo; deseo de realizar el trabajo; tener auto motivación, auto disciplina y auto dirección.
Para lograr esto es necesario contar con capacidad de comunicación, recurso cada vez más apreciado e incentivado en la actividad empresarial, requisito clave cuando los trabajadores están dispersos. Para mayor claridad y en este caso, se trata de una comunicación sustentada en las telecomunicaciones y la informática.
Rodrigo Yobanolo Bonvallet Psicólogo USS Valdivia