Claudia Muñoz David
Este año los transportistas escolares alcanzaron a trabajar dos semanas. Las clases comenzaron oficialmente el 2 de marzo, pero el 15 de ese mismo mes fueron suspendidas por causa del covid-19. La presidenta del Sindicato de Transportistas Escolares de Valdivia, Patricia Martínez, explicó que esto ha generado que a los trabajadores del rubro "nos bajara a cero el ingreso. No tenemos ingresos, nuestras máquinas están paradas y tampoco las podemos vender ¿Quién las va a comprar ahora?". En Valdivia, esta es la situación afecta a unas 80 personas, más sus familias.
Martínez ha trabajado hace más de 20 años como transportista recorriendo los sectores de San Luis, San Pedro, Teniente Merino y Reina Sofía. Cada temporada traslada a entre 15 y 20 niños. "Este negocio siempre ha tenido altos y bajos, pero nunca ha sido tan catastrófico como ahora. Primero, desde octubre del año pasado cuando perdimos alrededor del 50 por ciento de los niños que llevábamos por el estallido social. La modificación de los horarios de salida de clases y el temor a las barricadas y las manifestaciones hizo que algunos papás optaran por pasarlos a dejar y a buscar ellos. No sabías con qué te ibas a pillar en el camino", contó. En ese momento algunos transportistas incluso tuvieron que prorrogar cuotas para el pago de sus vehículos.
Se prepararon todo el verano para que la situación mejorara en marzo de 2020 y, sin embargo, llegó el nuevo coronavirus. "Nosotros dependemos exclusivamente del transporte escolar y ahora no tenemos otra actividad", dijo.
La presidenta explicó que el trato que hacen los transportistas con los papás de los niños es de palabra. Por lo tanto, no existe un contrato firmado de por medio ni pagos si no se presta el servicio. Generalmente tampoco imponen, ya que explica que gran parte del dinero que reciben se gasta en combustible y el pago de los créditos con los que adquirieron los vehículos. "Además, recién estábamos empezando a formar nuestra clientela cuando llegó el virus. Somos los más desprotegidos, si no hay clases no podemos trabajar. Tampoco podemos usar nuestros furgones para otras cosas porque nuestro permiso es exclusivo para el traslado de niños, por ley", agregó.
Las solicitudes
Erwin Saldías es secretario del Sindicato de Transportistas Escolares de Valdivia y también parte del directorio de la Confederación Nacional Gremial de Transporte Escolar y Turismo de Chile, Confentetuch. Indicó que el gremio ha estado en varias reuniones con ministros, parlamentarios y diversas autoridades para indicar sus solicitudes. Estas son la postergación del pago de cuotas en bancos y otras entidades financieras, bono para la subsistencia, postergación de los permisos de circulación y revisiones técnicas hasta que pase la crisis y extensión de la vida útil de los furgones.
"Con la postergación de las cuotas hemos tenido resultados y se han anunciado medidas. Algunos bancos nos han respondido, lamentablemente no todos. Otros nos han dado la espalda y no se han hecho parte de la solución. En cuanto al bono, esperamos tener novedades esta semana. La extensión de vida útil de los furgones es importante, porque para algunos este era el último año en que podían aprovecharlos", dijo.
Enviaron un oficio con estas solicitudes a la ministra de Transportes, Gloria Hutt, y al ministro de Economía, Lucas Palacios. En Chile hay unos 27 mil transportistas escolares inscritos.