Con la satisfacción de haber devuelto un ser querido a su seno familiar y como un refuerzo a la tarea que realizan los profesionales de la salud pública contra la pandemia del coronavirus, los equipos multidisciplinarios de Medicina y Alto Riesgo Obstétrico (ARO) del Hospital Base Valdivia reportaron las primeras altas clínicas de pacientes que terminaron sus tratamientos por cuadros de neumonía por covid-19 y cuarentena preventiva en dicho centro asistencial.
Los casos corresponden a tres mujeres -dos de ellas de Valdivia y una de San José de la Mariquina- cuyas edades fluctúan entre los 30 y 40 años de edad y que registraban ingresos al HBV el 4, 11 y 14 de abril. Así lo informó el infectólogo, académico de la Universidad Austral y responsable del programa de atención de personas que viven con VIH de la región de Los Ríos, Dr. Ignacio Delama Sepúlveda.
Según precisó el profesional, una de las pacientes cursaba un embarazo de 25 semanas al momento de su ingreso para ser tratada por una neumonía por covid-19, en un área especial de aislamiento en la unidad de Alto Riesgo Obstétrico.
"Dada su condición de gravidez se resolvió que cumpliese su cuarentena preventiva en el hospital para monitorear su evolución y además como medida social de cuidado de su entorno, por cuanto también es madre de otro menor de edad. Los esfuerzos estuvieron orientados a disminuir el riesgo de contagio en su núcleo familiar", indicó el profesional.
Respecto de las otras dos usuarias, fueron atendidas en el sector asignado para patologías respiratorias del Servicio de Medicina, también por neumonía por covid-19 e insuficiencia respiratoria, el doctor Delama precisó que "si bien requirieron oxígeno, ninguna de ellas presentó complicaciones que debiesen ser derivadas a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)".
Delama subrayó el hecho de que las tres pacientes no presentaban otras patologías activas. Es decir, no tenían enfermedades crónicas de base, habiéndose contagiado por contacto directo con personas con covid-19, por lo cual permanecerán en control en el Policlínico de Infectología y el ARO del Hospital Base, para una evolución adecuada.
Relación
Respecto de la experiencia que significa tratar a personas afectadas por una enfermedad de la cual se tiene menos de seis meses de conocimiento, de la que no existe a la fecha un tratamiento específico y que en todo el mundo se trabaja en base a estudios de ensayo y error, el doctor Delama reconoce que "para cualquier profesional de salud, estar enfrentado a una pandemia genera estrés y preocupación, pero también tiene un lado positivo en cuanto a crecimiento y formación personal".
"En este escenario tan hostil, la comunicación es vital pues debe hacerse con respeto, usando un lenguaje claro, honesto y veraz. La forma en que se comunica la evolución de los cuadros a los pacientes y sus familiares debe ser en términos que puedan comprender, tanto respecto de mejorías como de complicaciones" señala el profesional y añade que "se presta especial cuidado en responder sus inquietudes, principalmente en cuanto a su recuperación y reintegración familiar y laboral".
El facultativo hace especial mención a los efectos que genera un alta de estas características al interior de los equipos de trabajo: "Es una sensación de alivio que la evolución al coronavirus sea satisfactoria y sin complicaciones. Trabajar en un servicio como el de Medicina y estar en contacto con pacientes altamente contagiosos, nos hace tomar conciencia del riesgo al que estamos expuestos."
Al respecto, precisa que "si bien somos profesionales, también tenemos miedo, pero nos sobreponemos y exigimos en aplicar y cumplir todos los protocolos institucionales de uso de elementos de protección personal y lavado clínico de manos, según lo instruido por la Unidad de Infecciones Asociadas a la Atención de Salud. He visto a todos los estamentos de salud cohesionados y comprometidos. Prueba de ello es que a la fecha no se ha reportado ningún caso de contagio positivo en funcionarios de las unidades de Medicina, ARO y UCI del Hospital Base".
Compromiso con la salud pública
Luego de las primeras experiencias de alta de covid-19, el infectólogo Ignacio Delama asegura que "cada paciente que devolvemos al seno de su familia es una satisfacción para todos nosotros. Nos hace validar mucho más nuestro compromiso con la salud pública, pues es aquí donde se concentra la atención, esfuerzos y experiencias. Como personas tenemos expectativas, pero como profesionales sólo el tiempo dirá si el trabajo desplegado será efectivo en un ciento por ciento".