Covid 19 y corresponsabilidad
En el país vivimos una pandemia que suma nuevos contagiados cada día y miles de muertos a nivel mundial. Sin embargo, llama profundamente la atención que para la prevención de la enfermedad no seamos responsables para con los demás y tampoco con nosotros mismos. En este sentido existe una pregunta recurrente a la autoridad: ¿quién fiscaliza y qué pasará si no cumplo las restricciones? Esto me hace pensar: ¿seremos tan inmaduros e infantiles que si no hay un castigo a la contravención de lo pedido -en bien de todos- no obedeceremos?
Qué distinto sería: tomar la iniciativa poniéndome la mascarilla, manteniendo la distancia social; o bien, lavándome las manos con frecuencia.
Todo esto cuesta y no es fácil para muchos. Sin embargo, una buena dosis de generosidad y educación cívica nos haría mucho bien. Especialmente cuando salimos a la calle sin ninguna justificación, pues la construcción del bien común exige ser corresponsables de la salud y la vida de los otros.
En suma, necesitamos poner por delante la vida y el bienestar de los demás por encima de mis propios intereses. Y la razón para actuar con responsabilidad social y sentido común es muy simple: los pueblos que son solidarios en la adversidad se construyen en paz. Los otros, aquellos que viven en la indolencia, mantendrán las divisiones y confrontaciones en una suerte de "cultura del descarte" y de una "psicología de elite", ya sean estas de orden político, religioso o cultural. Hoy, ante la pandemia del coronavirus, la primera línea se juega en la empatía. Y este es el testimonio heroico de médicos, enfermeras y personal de la salud que podemos imitar. Así, le haremos un gran bien a nuestra patria y a cada uno de sus habitantes. Dios nos ayude.
P. Fco. Javier Astaburuaga Ossa
Decisiones y consecuencias
Las decisiones en políticas públicas, como en todas las decisiones, implican parcial o totalmente afectar nuestra vida y la de otros. Así, que un gobierno levante una cuarentena por ejemplo, construya un puente, o un colegio, tiene efectos directos y esperados por su aplicación, pero también indirectos -externalidades- y el costo de no haber realizado otro proyecto.
Esperemos que en estos tiempos no se hagan esperables propuestas utópicas para resolver nuestros problemas. Toda decisión, conlleva beneficios, pero también costos.
Marcos Balmaceda Fundación para el Progreso mbalmaceda@fppchile.org
Petición de cuarentena
Con pena y vergüenza veo como ciertas autoridades de nuestra ciudad hacen videos y llamados públicos contra el intendente y el alcalde para pedir cuarentena total para nuestra ciudad.
En Estado de Excepción Constitucional es el Presidente de la República, a través de los encargados de la defensa nacional, quienes exclusivamente tienen esta facultad.
Una lástima que no se sepa distinguir estas situaciones, máxime considerando lo importante que es la cuarentena, y lo necesario de exigirla, eso sí, al órgano que corresponde.
Pablo Ignacio Obreque Pardo Abogado, U. Austral de Chile obrequep.abogado@gmail.com
Contaminación
Hace un año, un informe de GreenPeace sobre calidad del aire que se respira indicó resultados lapidarios. Nuestro país lidera el vergonzoso ranking de ciudades con peor calidad del aire de A. Latina, incluyendo a Puerto Montt, Osorno y Valdivia por mencionar algunas. Hoy, en plena pandemia y ante la alerta de la comunidad científica sobre los peligros que implica la contaminación atmosférica por material particulado fino, resulta fundamental enfrentar desde las políticas públicas el problema de la calefacción en las regiones del centro sur y sur austral de Chile.
¿Cuántas personas han muerto producto de la combustión de leña en el sur de Chile? ¿Cuánto dinero ha invertido el Estado en tratamiento de enfermedades respiratorias asociadas a la contaminación? ¿Qué impacto tiene la contaminación del aire en las infecciones respiratorias agudas? ¿Cuántas hectáreas de bosque ha perdido el país por el uso indiscriminado de leña? ¿Cuánto estamos acortando la vida de los habitantes del sur por exposición a la contaminación?
Hasta que no surja una solución de fondo, nuestra sociedad vive en un riesgo permanente solo aplacado por las lluvias que aún el cambio climático no es capaz de alterar. Mientras tanto algunas soluciones desde la ciencia se han planteado. No hace mucho el investigador Héctor Becker de la universidad del Bio-Bio desarrolló una estufa que ahorra en un 75% el consumo de leña, pero, como suele ocurrir, el apoyo a estas soluciones es insuficiente y con escaso interés por parte de las autoridades.
En términos políticos, un esfuerzo serio es comprometerse con la eliminación paulatina y decidida del uso de combustibles como la leña y el carbón. Y además se debe comprender que el bienestar de nuestra población, entre otras muchas cosas, implica que los hogares tienen la capacidad de dar confortabilidad a sus habitantes, esto implica comprender la calefacción como una necesidad básica, un derecho del cual el Estado debe dar cuenta.
Jaime Sáez Quiroz jaime.saezquiroz@gmail.com