Día de la Tierra
Este miércoles se celebró el Día Internacional de la Tierra y es momento de pensar en los desafíos del cambio climático.
A medida que se eleva la temperatura de la Tierra, el permafrost se derrite y expone nuevos patógenos. Según algunos expertos es probable que puedan resurgir muchas enfermedades que habían sido erradicadas y, lo más grave, no hay inmunidad ni antibióticos para combatir bacterias antiguas.
Asimismo, los cambios en la biodiversidad, generados por la deforestación, el cambio de uso del suelo o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, afectan el funcionamiento de los ecosistemas y abren la puerta al contacto y la transmisión de enfermedades de animales a humanos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada cuatro meses y el 75% provienen de animales. Sin embargo, la biodiversidad se deteriora a un ritmo creciente y un millón de las casi ocho millones de especies de animales y vegetales en el mundo se encuentran en peligro de extinción. Esto tiene un gran impacto porque una mayor diversidad de especies dificulta la rápida propagación de los patógenos, mientras que menos biodiversidad es sinónimo de más infecciones.
Queda claro la estrecha vinculación entre salud humana, animal y ambiental. En este escenario de coronavirus, hoy la prioridad está centrada en evitar su propagación, pero es importante no perder de vista los retos que aún tenemos respecto al cambio climático y la conservación de la biodiversidad. De eso, también depende nuestro futuro.
Giovanni Calderón Bassi Director Ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático
Una nueva forma
En el marco de un nuevo Día de la Madre Tierra, desde Fundación Terram hacemos un enfático llamado a los distintos sectores de la sociedad a repensar nuestro modelo de desarrollo. Es muy predecible que, una vez superada esta crisis, los gobiernos y las sociedades intenten recuperar la economía tal y como la hemos conocido hasta hoy, al riesgo de generar nuevas enfermedades o efectos inesperados para la humanidad. Por lo mismo, lo lógico es que consideremos seriamente un cambio en las escalas de producción y comercio, tomando en cuenta los escenarios posibles a los cuales América Latina y el Caribe se enfrentarán en un futuro cercano debido a la crisis financiera.
En este sentido, recientemente la Cepal ha apostado por la integración y los modelos de autosuficiencia regional como una salida a la crisis que se avecina.
Debemos considerar la transformación socioecológica como la única vía posible al futuro de la humanidad, tomando en cuenta los desafíos climáticos que tenemos en la actualidad.
Según la ONU, el cambio climático nos golpeará igual o peor en el futuro, ya que los compromisos climáticos para mantener el aumento de la temperatura global (desde la era preindustrial) idealmente a 1,5 o 2°C a fines de siglo, tal como lo propone el Acuerdo de París, no se han cumplido. De hecho, según los cálculos el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) es posible que las temperaturas aumenten 3,2 °C este siglo, trayendo efectos ambientales desconocidos hasta el momento.
Es necesario reconsiderar nuestra relación con la naturaleza. Una de las grandes oportunidades que nos ha dejado esta pandemia es practicar nuevas escalas de producción, comercio y consumo, lo que ha servido para dar "un respiro al planeta", tal como lo ha reflejado la prensa nacional e internacional en sus notas sobre la descontaminación de las grandes ciudades. Sin embargo, esta expresión momentánea de la ecología a nivel global no está salvando a la humanidad de los efectos devastadores del cambio climático.
Tomando en cuenta los puntos anteriores, creemos que es posible buscar nuevas alternativas de sostenibilidad al futuro, si de manera conjunta trabajamos por lograr un paradigma en que la economía y la cultura global apuesten por un medio ambiente sano.
Fundación Terram
Reciclaje: una respuesta
En el Día Internacional de la Madre Tierra es necesario reflexionar y preguntarnos ¿lo hemos hecho bien como humanidad? Creo que no. Los índices de reciclaje son aún bajos.
Es el momento, al activarse la economía, de girar hacia la sustentabilidad. Desde el Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma, propusimos una metodología para reciclar las baterías de litio de manera sustentable y permitiendo la economía circular. La propuesta es llevarla a la realidad con la implementación de una planta piloto que permita una buena implementación de la ley REP para este tipo de residuos peligrosos.
Rescatar los minerales que las componen permitirán solucionar una problemática que puede ser grave.
Creo que luego de esta pandemia cambiaremos nuestra visión hacia el futuro. Eso abre una luz de esperanza para que por fin nos tomemos en serio como vamos a cuidar nuestra Madre Tierra de ahora en adelante.
Dra. María Luisa Valenzuela Directora Inst. Ciencias Químicas Aplicadas U. Autónoma de Chile