Correo
Terremoto 1960
El domingo 22 de mayo 1960, estaba en Huellelhue, hogar de mi hermano Guillermo, casado, con dos hijos menores y esposa embarazada, cuando cerca de las 14 horas se produjo un primer remezón. A las 15.11 horas, volvimos a sentir un fuerte temblor, pensando que pasaría luego, pero no fue así. Al contrario, el sismo aumentó en intensidad, no logrando sostenernos en pie, la cocina a leña iba de un lugar a otro de la pieza y el monte que estaba al frente parecía que caería sobre el pueblo. Durante el terremoto, observé a mi hermano con su familia abrazada.
En la cancha de fútbol de Huellehue, se efectuaba un cuadrangular, con equipos provenientes de Valdivia. Los asistentes buscaban como sostenerse en pie y los menores se aferraban a los jugadores o sujetaban en personas mayores.
El tren Valdiviano, con destino a Santiago, permanecía detenido en Huellelhue. Según los que estaban en la estación, era indescriptible la desesperación de los pasajeros y el ruido de los carros.
En la empresa "Transportes Fluviales", se afectaron galpones de concreto donde se almacenaban trigo, abonos y otros, lo que ocasionó una gran polvareda durante el sismo. En tanto, la tierra bajó más de un metro, con derrumbes e inundación.
Ante el peligro del desborde del lago Riñihue, las familias se refugiaron en el cerro de pinos de Huellelhue y la Cuesta de Soto, donde construyeron sus albergues.
Derico Cofré Catril derico.cofre@hotmail.com
Estamos contigo
Durante la emergencia que estamos viviendo a raíz del coronavirus, existe además un grupo de chilenos que no ha parado de trabajar en favor sus vecinos y organizaciones, muchas veces postergando sus propias familias y en forma voluntaria: Se trata de los dirigentes sociales.
Como gobierno estamos agradecidos y orgullosos del gran trabajo que realizan nuestros dirigentes sociales, siendo líderes anónimos de nuestra sociedad.
Hoy más que nunca su rol es vital. Son el referente de sus comunidades a la hora de aclarar dudas o pedir ayuda. Por eso, nuestro rol como autoridades regionales y como servidores públicos es estar permanentemente disponibles para apoyarlos.
Con esto en mente iniciamos en la Seremi de Gobierno -a través de la División de Organizaciones Sociales (DOS) - una serie de reuniones, en terreno, con dirigentes vecinales y comunitarios, a fin de recabar impresiones y poder canalizar eventuales soluciones a sus problemáticas. El objetivo de este despliegue es recabar en terreno las necesidades, y canalizarlas a las autoridades indicadas para cada temática. Dada la contingencia, sabemos que los canales tradicionales de comunicación con el Estado hoy no son óptimos. Por ello hemos innovado con iniciativas como el Facebook Live. Pero sabemos que no todos tienen acceso a estas plataformas.
Por esto, el despliegue regional representa una labor fundamental. Juntos superaremos esto y seguiremos construyendo un país mejor.
Pedro Lamas Gutiérrez Seremi de Gobierno - Región de Los Ríos
Tiempo de penurias
¿Qué sabemos de la palabra "penuria"? Se emplea como un sustantivo, que proviene del latín penuria, y en su única acepción en el diccionario de la lengua española significa, "escasez, falta de las cosas más precisas o de alguna de ellas".
De lo conceptual hace tiempo queríamos hacernos los cuchos, pero en lo vivencial ya está a la vista, no podremos hacerle el quite. Unos ya describen este estado de escasez, como economía de penurias.
La pandemia ha dejado al descubierto la falta de dinero, trabajo, oportunidades, y… la falta de sensibilidad. Y me detengo en este factor, aunque duela, pues en este caso, el déficit comienza en nosotros mismos, al vivir muchos de un modo reconcentrado, sólo atendiendo nuestras necesidades y no visibilizando las necesidades del otro. El prójimo nos parece tan lejano, que es alguien que está muuuuy distante, en las poblaciones, en los campamentos. Y no es así, siempre está a nuestro lado, en nuestra casa, en nuestra oficina, cerca, muy cerca.
Pero no me quedaré en la problemática.Haré un ejercicio lingüístico somero. Comenzaré con el verbo partir. Tiene varias acepciones, pero me centraré en distribuir algo entre varios. Tomaré esta última acepción del verbo partir y que de él derivan significados afines como compartir, departir, repartir, impartir, que son buenas acciones, son invitaciones a abandonar el yo, el ego; son buenas invitaciones a extenderse en el prójimo, en el tú, y construir un nosotros dual si no plural.
Y a la escasez, a la falta de lo esencial, es muy probable que se sume el desánimo, el agobio, la desesperanza, el abatimiento.
¿Qué hacer? ¿Cómo hacer? Incorporarnos, y ser parte de la solucionática. Ponernos en movimiento, aguzar el oído y la vista, estar atentos a las necesidades del prójimo, quien en circunstancias como esta se nota un tanto silencioso, cabizbajo, nervioso, alicaído. Todas, expresiones de estado de ánimo que no desearíamos, no querríamos en nosotros. ¿Qué hacer? Hacerles compañía, escucharlos, ayudarlos, y atender solidariamente sus necesidades urgentes.
Es tiempo de penurias, señoras y señores
Raúl Caamaño Matamala Profesor Universidad Católica de Temuco