"En esa época nos ayudamos mucho y salimos adelante. Fuimos muy solidarios"
El gran terremoto de Chile, considerado como el mayor registrado en la historia de la humanidad, ocurrió el domingo 22 de mayo de 1960 y su epicentro se registró en las cercanías de Valdivia, destruyendo gran parte del sur de nuestro país.
En aquella época la valdiviana Carolina Verónica Rybertt Thennet, tenía tan sólo tres años de edad. Pese a que ya han pasado 60 años desde que vivió esa dura experiencia y era muy pequeña, tiene en su memoria recuerdos de cómo fueron sus
vivencias sobre lo ocurrido junto a su familia, destacando que la empatía, solidaridad y el amor por el prójimo les permitió salir adelante y avanzar ante este hecho devastador.
Actualmente es la coordinadora del Language Center de la USS sede Valdivia, y docente de inglés en las carreras de Pedagogía en Inglés e Ingeniería Civil Industrial (pregrado) y de Advance de esta casa de estudios. "Si bien fue difícil, momentos de gran dolor por las pérdidas humanas, logramos superarlo. Fuimos empáticos y solidarios. En esa época la gente se ayudó mucho. Actualmente, tengo 63 años, y aquí estoy, bien y trabajando, junto a mi familia".
-¿Dónde se encontraba para el terremoto?
Estaba viviendo con mis padres en la calle Avenida España y mi casa conectaba con el Río. La verdad es que fue bastante caótico, yo tengo vagos recuerdos porque era pequeña. Pero si algunos chispazos y obviamente mis padres me contaron mucho con respecto a lo que vivimos. Nuestra casa tenía tres pisos más el subterráneo y a nosotros con el Riñihuazo se nos inundó todo. Mi papá tenía una fábrica de puertas y ventanas, y además un criadero de aves, vendíamos huevos. También, un terreno bastante voluminoso con sembradío de verduras. Mis padres perdieron todo lo que habían guardado en esa época. Hay que recordar que en ese entonces las personas tenían víveres y provisiones en el subterráneo y eso lo perdimos producto de la inundación. Debido a ello, teníamos que salir en bote a realizar cualquier tipo de trámite o a comprar lo que se pudiera.
-¿Cómo afrontó esta situación y salieron adelante?
Gracias a Dios, mis padres fueron muy positivos en cuanto a su forma de pensar y me lo inculcaron a mí y a todos mis hermanos. Mi papá hizo lo humanamente posible, hacía trueque con los huevos que quedaron, así como con las puertas y ventanas de la fábrica que se podían utilizar. Como mucha gente perdió sus hogares, entonces necesitaban material de construcción. Y como mi papá tenía algunos hizo trueque por alimentos. En esa época muchas personas perdieron no sólo sus viviendas sino que no tenían para comer. A lo mejor puede que haya habido dinero pero desafortunadamente no donde conseguir cosas. Venían aviones de Santiago a Pichoy a traer comida, cajas de alimentos de Estados Unidos, ayudas de distintos países, y de alguna forma salimos adelante.
-¿Qué mensaje entregaría hoy en tiempos complicados producto de la pandemia que se está viviendo?
Hoy en día estamos viviendo una situación tremenda, aunque no hay destrucción de viviendas, ni nada de lo que sucedió en esa época. Lo que más se nos encarga es que nos quedemos en casa, porque es la única forma de sobrevivir. Todos sabemos que una pandemia como ésta provoca la muerte de personas.
Por lo tanto, debemos ser empáticos, solidarios, cuidarnos los unos a los otros, ayudar al prójimo en lo que más podamos, porque se vienen tiempos difíciles. Así como en esa época nos preocupamos por el otro y nos ayudamos tenemos que hacer lo mismo, hay que apoyarnos con el alma. Es la única forma de que nuestro país pueda seguir avanzando. Ya hemos vivido durante muchas décadas bastantes desgracias a nivel país y de todas hemos salido adelante y ésta no será la excepción. Por lo tanto, reitero la importancia de ser conscientes, estar en casa y resguardarnos.
Carolina Verónica Rybertt Thennet, coordinadora del Language Center de la USS sede Valdivia:
La valdiviana relata sus vivencias sobre cómo enfrentó junto a sus padres el terremoto, destacando la importancia del amor al prójimo, la solidaridad y la empatía. "Gracias a Dios, ellos fueron muy positivos en su forma de pensar, y me lo inculcaron a mí y mis hermanos".
Aportando a la historia de Chile