Intercambio de opinión
Hace unos días el Sr. Juan Carlos Álvarez escribió una carta en este mismo medio, respondiendo a las preocupaciones planteadas por mi parte a propósito de la necesidad que el Municipio también se enfoque en políticas de protección y reactivación del empleo y la inversión.
Primero me gustaría manifestar que me alegra que existan los ánimos de debatir y criticar ideas de manera pública. Así que, pese a no compartir los puntos y acusaciones del sr. Alvarez, parto agradeciéndole su interés.
Me parece errada la relación directa que realiza entre las movilizaciones sociales y la crisis económica por la que hoy atravesamos. Todos los datos apuntan a la existencia de una profunda crisis mundial, que afecta las economías de decenas de países. Y junto con ello, está el hecho innegable que Chile venía acumulando un estancamiento estructural del crecimiento, la inversión y creación de nuevos empleos, desde mucho antes del 18 de octubre.
En la misma línea, relacionar las movilizaciones con el vandalismo es casi un insulto a los miles de valdivianos y valdivianas que salimos a marchar pacíficamente por un futuro mejor. Nunca nuestro sector político respaldó destrozos ni saqueos.
Concordamos sí en un punto, con el sr. Álvarez. La preocupación y angustia ante la difícil situación del momento actual. Por eso, estamos desplegando todos nuestros esfuerzos en ayudar en la mayor cantidad de sectores donde no ha llegado ni la Intendencia, ni el Municipio. Al mismo tiempo que nos hemos reunido con empresarios, representantes de organizaciones gremiales y sindicales, para presentar propuestas para la reactivación y protección económica.
Carla Amtmann Fecci carla.amtmann.f@gmail.com
Discapacidad y teletrabajo
Un reciente estudio de la consultora Randstad, sobre oportunidades laborales de las personas con discapacidad y la ley de teletrabajo, es valorable. Sin embargo, hay puntos que debemos abordar desde la experiencia de instituciones que nos dedicamos hace más de 35 años a capacitar y mediar para que las personas con discapacidad cuenten con un trabajo formal según competencias.
Es imprescindible abrir espacios para disminuir las brechas educacionales y el acceso a la educación regular. Es dramático que la mal llamada Ley de Inclusión Escolar permita que los colegios puedan determinar si incluyen o no a un alumno a su establecimiento, cuando hay de por medio una discapacidad y que, apenas 1 de cada 20 personas con discapacidad acceda a la educación superior.
También es importante abrir nuevos espacios de formación para que las instituciones que capacitamos a personas con discapacidad, tengamos la oportunidad de continuar el proceso de formación, en esta oportunidad vía on line. Así, disminuiríamos las brechas entre personas con y sin discapacidad y avanzaríamos también en hacer efectiva la inclusión laboral según competencias.
En tiempos de pandemia, la inclusión laboral cobra especial relevancia. Debemos ver el vaso medio lleno y generar políticas que consideren a todos, con las herramientas y conocimientos oportunos para una inclusión efectiva.
Andrea Zondek Presidenta Fundación Tacal
Covid19 y universidad
La universidad, "conciencia crítica de la Nación" en palabras de don Jorge Millas, se encuentra semiparalizada.
Un virus, cuyo origen se discute, la ha obligado a cerrar sus puertas físicas y abrir las de la comunicación virtual para poder seguir cumpliendo una de sus tareas: la formación profesional de los estudiantes. Y digo "formación profesional" porque lo que es la "formación universitaria" hace mucho tiempo que dejó de ser.
Hoy día, y desde hace mucho tiempo, las Universidades son un conjunto de entidades unidas por un sistema computacional. El diálogo universitario, tan importante para cumplir la función de "conciencia crítica" dejó de existir cuando la democracia entró en crisis por la ambición de poder de quienes quisieron que las Universidades cayeran en poder de sus ideologías.
La intervención de las Universidades condujo a un silencioso y vigilado "acercamiento social" y la valoración del pensamiento humanista.
Tras el retorno a la democracia ese acercamiento se mantuvo pero el olvido de las duras experiencias vividas condujo a la alteración de una sana convivencia.
Así las cosas llegó el llamado " estallido social " y, tras él, la llegada del virus.
Se durmió la convivencia universitaria, los estudiantes dejaron de tener contacto entre ellos y con sus profesores, la "conciencia crítica de la nación", que ya estaba dormida, pasó a ser parte de los recuerdos.
Hoy se enseña "on line", tecnología útil para salir del paso pero incapaz de vivir la Universidad como la soñaron sus creadores y muchos la vivimos. Cuando esto pase espero que los universitarios - académicos, estudiantes y funcionarios - vuelvan a encontrarse en una Universidad vital donde los valores humanísticos den sentido a su tarea.
Omar M. Henríquez F. Padre Fundador Universidad Austral de Chile