Defensa de la democracia
En su reciente mensaje el presidente Piñera dijo: "Nuestra democracia tiene el derecho y el deber de protegerse y proteger el Estado de Derecho y a la ciudadanía de la violencia".
¿Cómo pretende lograrlo en caso de que se reanuden los actos terroristas y la violencia vandálica al nivel de la ocurrida a partir del 18 de octubre del año pasado o aún peor?; ¿cómo podrían los carabineros proteger a la ciudadanía de la violencia o resguardar las instalaciones del metro, supermercados, etc, si no se atreven a usar sus armas de fuego ni siquiera en defensa propia?; ¿cómo podrían hacerlo los militares dando cumplimiento a las absurdas e imprudentes reglas de uso de la fuerza que, en la práctica, los dejan sin capacidad disuasiva o represiva y los limitan a actuar como meros espantajos?
La obligación esencial del Estado es la conservación del orden público. Para cumplir tal obligación cuenta con el monopolio de la violencia física legítima -representada por la espada en la tradicional imagen de la justicia-; violencia que, por deber de autoridad, está obligado en justicia a aplicar para contener la violencia ilegítima y lograr mediante ella la restitución del orden social exigido por el bien común.
En muchas ocasiones la única forma de reprimir a quienes ejercen la violencia terrorista e insurreccional es mediante el uso de armas letales, lo que puede acarrear consecuencias fatales; consecuencias que no significan una violación de los derechos humanos de quienes están dispuestos a matar y a morir por la revolución y que son bien conocidas y aceptadas por ellos.
El Estado tiene la obligación de defenderse con todos los medios a su alcance, aunque para ello sea preciso adoptar medidas extremas. Salus populi suprema lex est -la salvación del pueblo es ley suprema- era el primer principio del Derecho Público Romano.
Adolfo Paúl Latorre
Adultos mayores
Resulta relevante poner en valor el rol que este grupo cumple como figura articuladora de la sociedad chilena. En su experiencia y madurez adquirida, se encuentran las bases para replantear el camino de un Chile abierto a sostener y satisfacer las necesidades que presenta el paso del tiempo y a las que, como sociedad, en su conjunto debemos responder.
En este sentido, destaca el papel activo que potencialmente presentan las personas mayores, pero que hasta ahora ha sido invisibilizado y relegado a una posición pasiva, como sujetos de misericordia y ayuda, pero no de derechos, en especial el de participar y ser un actor primordial en la definición de programas y políticas que logren incorporar sus sueños y propósitos, como el acceso a una salud próxima y de calidad, el derecho a una ciudad digna y segura, o la posibilidad de satisfacer las necesidades que hoy les posiciona como un grupo de riesgo.
Si a este contexto agregamos la falta de confianza hacia las instituciones, urge la identificación de organizaciones de la sociedad civil que puedan facilitar la adquisición de recursos que promuevan la coordinación de los adultos mayores de sí mismos, por intermedio de sus propias agrupaciones, en torno a la escucha y posicionamiento en una primera línea que les ancle como protagonistas para la defensa y cuidado de sus derechos.
Félix Navarro
Desconfinar la empatía
La pandemia que hoy afecta al mundo nos ha obligado a cambiar por completo nuestros estilos de vida, llevándonos a reorganizar súbitamente rutinas diarias. La implementación de las cuarentenas, el aislamiento social y el uso de elementos de protección personal llegaron para quedarse un buen tiempo, sobre todo en esta nueva etapa de desconfinamiento progresivo.
En este marco, los profesionales de la salud, como los Terapeutas Ocupacionales, tenemos el objetivo de adaptar los factores que puedan limitar la participación efectiva de la persona mayor en sus múltiples contextos, sobre todo si se considera que ellos seguirán manteniendo resguardos por ser población de riesgo.
Desde el hogar se debe considerar una propuesta de intervención que promueva una rutina equilibrada y ecológica, consonante con su desempeño en espacios "limitados". El refuerzo constante en la participación de actividades que sean de interés, o que tengan un significado especial para ellos, favorece el proceso de adaptación a nuevos escenarios, haciéndolos más llevaderos.
Sin embargo, la incertidumbre y la ansiedad pueden ser experimentadas a diario, por ello es imperativo que se refuercen los seguimientos de los equipos de salud a las personas mayores. Con esta supervisión se evitará la aparición de cuadros que afecten a su salud mental y, en un escenario más adverso, que se sumen a otros prexistentes.
Nuestras personas mayores son portadores de una riqueza generacional e histórica gigantesca, ellos han sido partícipes activos en la construcción de nuestra sociedad, más aún en estos tiempos de pandemia, donde tenemos la oportunidad de superarla todos juntos. Con responsabilidad, autocuidado y empatía cimentaremos el camino para que en un futuro sigan entregándonos su sabiduría desinteresadamente.
Patricio Baeza Briones ss