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Impuestos a los súper ricos
La nueva medida 'estrella' que se ha robado el foco -cuando la experiencia ha dejado claro que es una opción muy ineficiente- es el impuesto a los altos patrimonios o, más rimbombantemente nombrado, el 'impuesto a los súper ricos'. Se trata de un proyecto inconstitucional presentado por la oposición, que busca realizar un gravamen -supuestamente por única vez- a las riquezas que superen los US$ 22 millones, para recaudar teóricamente US$ 6.000 millones y así financiar una 'renta básica'.
Sin embargo, la experiencia internacional nos muestra que no es tan bueno como lo explican. Italia, Alemania, Dinamarca y Grecia han suprimido este tipo de impuestos porque generan más problemas que soluciones. Incluso, Podemos en España desistió públicamente de su defensa este año.
Aprendamos de los ejemplos. Porque hay una sola cosa más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de ella.
Tomás Orellana Bardavid
Otros buenismos
El economista nacional Sebastián Edwards levantó una polvareda al enumerar una serie de iniciativas de un grupo en particular, pero esa crítica es extensible al resto del espectro político y se manifiesta con grandilocuencia en nuestro Parlamento.
Ya es sabido de los episodios donde los legisladores votaron proyectos de Ley que no leyeron y que luego terminaron en chambonadas, como la Ley de Estacionamientos o la de Medidores Eléctricos.
Pero hay leyes que afectan de manera sustantiva la vida de las personas y, en algunos casos, pueden determinar la salud e incluso marcar la diferencia entre vivir o morir.
La ley de Fármacos II, que actualmente se discute, es ese tipo de proyectos y no ha estado exenta de "buenismos". Partiendo por creer que, al nombrar esenciales a los medicamentos, estos estarán disponibles mágicamente para las personas. Eso no es cierto. Los medicamentos los pueden llamar como quieran, pero no caen de los árboles. Alguien los produce y de lo que se trata es de pagar lo justo por ellos y que, quienes no puedan, accedan a estos a través de mecanismos solidarios. Alterar arbitrariamente las reglas del juego puede provocar un efecto contrario al deseado.
Otras indicaciones a este proyecto buscan que los actores pequeños no tengan herramientas para competir con los grandes operadores de este mercado. Creyendo que con reglas generales se puede ordenar un mercado tan asimétrico como el de los fármacos es pura inocencia o ignorancia. Los grandes operadores, por su cuota de mercado, pueden imponer condiciones sin necesidad de integrarse.
Otra muestra de "buenismos" patológicos fue la inclusión de las cadenas de farmacias en la Ley Cenabast. Parlamentarios de izquierda pidieron incluir a estas por miedo al Tribunal Constitucional, los mismos de la fijación y regulación de precios, ¡De no creer!
Por último, en un arrebato de ingenuidad, otros parlamentarios retiraron indicaciones que pretendían fortalecer a los Recetarios Magistrales de las farmacias, dando rienda suelta a la industria farmacéutica para fijar los precios que quiera, privando a las personas de una posibilidad segura, eficaz, personalizada y accesible a medicamentos. Era imperioso establecer algunas directrices para el funcionamiento de los Recetarios Magistrales en la Ley pues el organismo encargado de regularlos está completamente cooptado por la industria farmacéutica.
Frente a este nivel de improvisación la ciudadanía esta indefensa, ya que el Parlamento ha dado sobradas muestras de ser inmune a la crítica.
Patricio Novoa Valle
Polarización
El proceso constituyente en curso ha polarizado nuevamente a los chilenos en dos bandos inconciliables; entre quienes optan por el Rechazo y quienes optan por el Apruebo.
En el primero están las personas más conservadoras, afines a los sectores políticos de derecha, que pretenden mantener la actual institucionalidad o modelo de sociedad que nos rige, propio de una sociedad libre y responsable; y, en el segundo, las personas proclives a los sectores políticos de izquierda, que durante la última década han estado promoviendo insistentemente el cambio de la Constitución Política de 1980 mediante una Asamblea Constituyente y que pretenden sustituir la actual institucionalidad por otra de orientación colectivista, igualitarista y estatista; la que lleva en sí el germen del totalitarismo.
Quienes impulsan el proceso constituyente pretenden introducir cambios profundos en la estructura política, social y económica de nuestra comunidad nacional lo que es, por definición, un proceso revolucionario.
Adolfo Paúl Latorre
Acuerdos
Un señor fue víctima de un portonazo y pudo mantener su integridad física porque entregó las llaves sin oponer resistencia. Fue un acuerdo justo. Tan justo como el del Gobierno con Celestino Córdova, o el del 14 de noviembre para el Plebiscito.
Ya nos estamos acostumbrando a este tipo de acuerdos.
José Luis Hernández Vidal